Desde hace algún tiempo abundan en los medios de comunicación comentarios que tratan de convencernos del lado bueno de la crisis. Nos enseñan a ver la crisis como una oportunidad. Una oportunidad para empezar de nuevo, para hacer las cosas de otro modo, ... y nos venden la crisis como una ocasión única que no debemos dejar pasar. Todos tenemos que ser emprendedores.
Olvidan -quieren que no lo recordemos- que no han sido los millones de parados, los recién salidos de las universidades, los centros de formación profesional o los centros de enseñanza secundaria, quienes han provocado la crisis.
Olvidan, -quieren olvidar y que nos olvidemos- que la crisis la han provocado quienes manejan la economia. Los grandes bancos, los lehman brothers, goldman sachs, morgan stanley, merrill lynch y compañia son los responsables de manejar a nivel global una economía dineraria, financiera, puramente especuladora y muy alejada de la economía productiva, la economía real.
Es el sistema económico, condenado a un continuo crecimiento, el que ha entrado en crisis. Y ha hecho agua por varias razones. Entre ellas, y no la menos importante, porque un sistema basado en el crecimiento continuo olvida que en este planeta no hay nada infinito. Todo es finito y limitado. No hay posibilidad de crecer por siempre. El dinero, el trabajo, la especulación, como el mar y la tierra, como el aire que respiramos cada vez peor, todo, tiene un límite.
La crisis, -las crisis- son periódicas e inevitables en este sistema económico. Y cuando salgamos de ésta no haremos sino dirigirnos hacia la próxima.
Pero, mientras tanto, los vendedores de crisis tratan de convencernos de las ventajas y oportunidades que ofrece el mercado; el libre mercado que de libre no tiene nada y que dedica miles de millones a salvar a los bancos y a los banqueros mientras ahoga cada vez más a los más desfavorecidos.
Si en un momento dado las estrategias del contrapoder decían "cuanto peor, mejor" pensando que un empeoramiento de la situación obligaría a los desfavorecidos y explotados a rebelarse, hoy hay que saber que "cuanto mejor, peor". Cuanto mejor funcione el sistema económico imperante, cuantos más emprendedores se esfuercen en la lucha por "levantar" la economía, peor para todos. Antes llegaremos al próximo episodio de crisis, antes agotaremos los recursos limitados del planeta, antes nos asfixiaremos por falta de aire.
Algunos economistas inteligentes hablan de una economía del decrecimiento. Del menos es más. Ya existen algunos bancos que limitan sus beneficios y atienden a su responsabilidad social. Existe un comercio de precio justo. Existen movimientos cooperativos que ponen en pié una economía no especulativa. Hay salidas de la crisis por otros caminos que no son el camino único que nos señalan los vendedores de crisis. Los que hacen que "Cuanto mejor, peor"
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