viernes, 11 de enero de 2013

UN LIBRO CON MUCHA GRAS(I)A

Hoy, a las 20 hs., en Intermediae/Matadero (¡siempre Matadero!) se ha presentado el trabajo de Rafael Suarez 2000 Kcal/ 8439,5 Kj. Como dice el título, un libro con mucha gras(i)a.
Pero había unas cuantas cosas más. Lo más visible un vídeo en loop, proyectado en pantalla, en el que se ven unas manos de hombre que amasan una masa grande de las que se usan en cocina para hacer panes o dulces. El brevísimo vídeo ha sido grabado con la técnica de stop motion, que le añade cierto ritmo entrecortado a la acción de amasar. Obviamente no se trata de filmar el acto del amasado, sino de hacer una pieza de arte con la grabación.

En una mesa, fijados en vertical con unas presas, hay dos o tres ejemplares del libro que se presenta, para que puedan ser consultados por los asistentes al acto. El libro contiene primero una introducción con la base teórica sobre la que se sustenta el trabajo de Rafael Suarez. No era el momento ni el lugar para leer el texto completo, así que no puedo opinar sobre el contenido.

Si puedo decir la impresión que me causó la segunda parte del libro. Páginas y páginas de una contabilidad, día a día, comida a comida, durante más de un año, de los alimentos ingeridos, su peso, su precio y su contenido calórico. Todo ello anotado a mano, con bolígrafo, en hojas de dietario de contabilidad. Queda muy clara la extensión y la minuciosidad del trabajo. Y también que puede considerarse como la documentación de una acción.

Desde que conozco a Rafael Suárez siempre he visto en su figura una tendencia a las formas redondas. Creo que también al sobrepeso, pero sin que me haya parecido excesivo. También desde que le conozco he apreciado en Rafael Suárez un humor mordaz y una ironía punzante en su actitud. No sé si esa será la motivación de su trabajo, pero bien pudiera ser su manera de reírse de sí mismo y de su tendencia a las redondeces.

Como para confirmarlo, la tercera parte del libro es una colección de fotos de manos que agarran el abdomen a la altura del ombligo mostrando lo que todos conocemos como un "michelín". Las fotos corresponden a diferentes personas, hombres y mujeres, a juzgar por los vellos, los anillos y las pulseras. Personas, sin duda, con el suficiente sentido del humor como para dejar que se fotografíen sus excesos grasos.

Siendo la fotografía el principal trabajo de Rafael Suárez, no hace falta decir que las fotografías del libro son impecables. En encuadre, iluminación y definición. Son como cabía esperar que fueran: diáfanas y expresivas. Profesionales.

En otra mesa cercana está la tercera parte de lo presentado: hay unas tortas redondas, gruesas, como de unos 15cm., de diámetro y dos/tres de grueso, que llevan grabado sobre la cara superior el título del libro y el nombre del autor. No las probé, pero la masa abierta de una de ellas me recordó la de las "perronillas" que se hacen en la zona Sur de Salamanca y algunas otras partes del país. Sabrosas y contundentes.

Cuando veía estas piezas he saludado a Pepe Murciego que me aseguró que una de las fotografías pertenece a su "michelín" y que fue tomada hace cuatro años. Efectivamente, las anotaciones del dietario están fechadas en 2009. Comentando estas cosas ambos hemos recordado que conocemos varios trabajos de Rafael Suárez que tienen la comida y su preparación como tema. Uno de ellos lo vimos en la ya cerrada Galería Valle Quintana y también lo presentó en Punta Umbría. Otro, mucho más reciente, lo presentó en la serie de trabajos que con el título de Tauromaquia realizaron diversos artistas en la parte "ocupada" del edificio de Tabacalera en Lavapiés.

En la misma mesa hay lo que podríamos llamar la pieza más "artística" del conjunto, entendiendo aquí por artística la de estética más clásica y convencional. Pero es, una vez más, muestra del humor ácido de Rafael Suárez. El centro de la mesa está ocupado por la figura de un cisne blanco de un tamaño de aprox., 30x30x20cm., realizada en tocino. Tocino blanco que ha sido conformado en la figura de un cisne que se deslizase suave y plácidamente por las aguas de un lago. Curiosa metáfora la de un grácil cisne hecho de grasa.

Aunque llegué unos minutos después del comienzo de la presentación, me perdí las palabras iniciales, si es que la hubo, quién las pronunció y qué fue lo que dijo. A pesar de eso pude calcular que al acto han asistido unas cincuenta/sesenta personas. Casi todo el grupo de los habituales.

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