martes, 7 de mayo de 2013

CHEMA MADOZ.



A estas alturas de su trayectoria, poca gente interesada en el arte no conoce a Chema Madoz. Ha expuesto ya por medio mundo y muchos museos importantes tienen alguna(s) obra(s) suya(s). Para quienes aún no saben de él, aclarar que es un fotógrafo que ha conseguido lo que muy pocos consiguen: que cuando se ve una de sus fotografías se sabe, inmediatamente, que es suya. No es una cuestión de estilo o de técnica; tiene mucho, muchísimo de ambos conceptos, pero es otra cuestión: en las fotos de Chema Madoz, lo importante está fuera. Está en sus ideas, en los objetos que prepara minuciosamente, en las "realidades" que aprovecha para construir una realidad otra. A mi siempre me ha parecido que la mayoría de sus trabajos son el documento de una acción. Un documento exquisitamente preparado, iluminado con precisión y fotografiado con maestría, pero que de lo que en realidad habla es de lo que Chema Madoz ha hecho para hacer la fotografía, dónde ha puesto las cosas, -los objetos, como él prefiere decir- cómo las ha puesto, junto a, sobre, con, contra y todas las demás conjunciones, preposiciones y operaciones que queramos añadir.



Esta mañana, en la Facultad de Bellas Artes de Madrid, Chema Madoz hacía una presentación de su trabajo. En un salón de actos grande y lleno hasta los topes donde no sólo había estudiantes, sino también muchos profesores y gente madura. Dentro de un ciclo llamado "Palabra de artista", organizado por la asociación cultural (sin ánimo de lucro, como casi todas) "Museology", en cuyo nombre Sergio Rubira ha hecho la presentación. En su introducción Sergio Rubira ha citado el libro "Arto de arte" de José María Parreño, libro que empieza emblemáticamente hablando de Chema Madoz. También ha dicho que Chema Madoz fue Premio Nacional de Fotografía en 2000 y es el primer fotógrafo al que el museo Reina Sofía le ha dedicado una retrospectiva en vida.

A continuación se ha proyectado un documental realizado por Televisión Española en el que se hace un recorrido por su obra y, muy puntualmente, sobre su vida. Queda así muy claro que Chema Madoz es una persona sencilla, muy asequible, lejos del engolamiento característico de los famosos. Una persona de alrededor de los cincuenta años -tal vez sea coquetería que en su página web no aparecen ni el lugar (Madrid?) ni el año de su nacimiento-. En una secuencia del documental repasa algunas fotografías de su infancia y entre ellas aparece la foto de un carnet en el que puede leerse que su nombre es José María Rodriguez. Preguntado luego al respecto, aclara que Madoz es su segundo apellido.



Cuando se le ve trabajando se ve que utiliza una cámara Hasselblad (creo que de 6x6), que realiza dibujos previos de las fotos que conserva en un libro, que pasa las fotos en color a B/N, que hizo un libro en común con Joan Brossa, de que se hizo muy amigo, que también hizo un libro sobre las greguerías de Gómez de la Serna (la greguería es algo muy cercano a su plástica y su) poética. Que también ha hecho trabajos con Fátima Miranda y que La Fabrica (¡¡¡Una empresa con alma!!!) le ha editado alguno de sus libros. Que parece que Borja Casani (Ex-La Luna de Madrid) ha sido comisario de alguna de sus exposiciones (Moscú). Se ve también en el documental que tiene destreza manual que ejercita en los objetos que "construye". Preguntado al respecto dice que ahora, por primera vez, se van a exponer. Dice que, aunque algunos (entre los que me incluyo) consideran su trabajo como poesía visual, él nunca se ha propuesto hacer poesía. Si, al final, el resultado de su trabajo resulta poesía visual, es algo que le parece muy bien, pero que él no se ha propuesto eso como objetivo de su trabajo.

Chema Madoz: un artista visual que, por su trabajo y por su persona, se ha ganado el respeto y la admiración de todos los que le conocen.


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