EL ARTE Y
SUS GESTORES.
(Aplíquese
donde corrresponda)
El
descrédito de las instituciones culturales españolas que mediante
este tipo de situaciones se viene reiteradamente produciendo en toda
España parece no sólo no preocupar a los partidos políticos e
instituciones políticas implicadas, sino que por el contrario se
intentan ocultar mediante discursos vacíos de buenas palabras y
peores intenciones. Bajo la cobertura del documento de buenas
prácticas y su sistemática aplicación torticera se están
consagrando metodologías de malas prácticas que tienden a solaparse
con procedimientos que pueden definirse como inconstitucionales,
contrarios a derecho e incluso en ocasiones asumen un tono
mafioso/caciquil provinciano que insultan al decoro político y a la
decencia que todo servidor público debe mantener, aunque sea solo
por honestidad.
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