Ayer, 7 de julio 2014, en la Sala Berlanga de Madrid ha comenzado un ciclo de cine sobre el jazz latino.
La primera proyección presentada ha sido un documental de 45' sobre el pianista Agustí Fernández. Soberbio el documental. Soberbio el pianista. A través de su propia concepción del jazz y de la música en general, nos muestra las muy diferentes formas en las que se "usa" hoy el piano.
Un piano que bien define él mismo como expandido con el que forma tríos más o menos clásicos (piano, saxo, contrabajo) como otros en los que se incluye un sampler, sin faltar la formación orquestal.
Hasta ahora no había visto ni escuchado a nadie usar el piano con la libertad con la que lo hace Carles Santos, pero Agustí Fernandez tiene más sonidos, le saca más partido, lleva los sonidos más lejos, incluso físicamente su trabajo es mucho más activo y agotador que el de Santos. Y vaya por delante todo mi respeto por el maestro/performer/pianista.
¡Que torrente de sonidos, qué variedad, que versatilidad en las combinaciones, que alegría en las repeticiones, que sorpresa continua en la "manera" de hacer sonar el piano!
Desde hace tiempo pienso que son los músicos los artistas contemporáneos más avanzados, los que más investigan y descubren, los que menos prejuicios y más osadía ponen en sus trabajos. Cada vez lo confirmo más si cabe. ¿Alguien puede imaginar que resultaría de los poemas si se les pudiese aplicar a las palabras sólo la mitad de las operaciones a que es sometido el sonido expandido como el de Agustí Fernández. Un nombre, un piano y un sonido inolvidables.
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