jueves, 7 de agosto de 2014

FERNANDO BAENA Y LOS GIRASOLES.

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                        Foto H.Álvarez.

Desde el martes día primero de julio, Fernando Baena permanecerá en la esquina de Cascorro con Duque de Alba entre las doce y la una y media del mediodía. Algo así decía su primera comunicación en Facebook. Y es en Facebook donde cada día publicará una reseña de su estancia.
La primera idea que me vino a la cabeza al leer su comunicación fue que iba a instalar un puesto de girasoles. Esto de los girasoles es una broma entre amigos, porque no hace mucho Fernando nos contó a unos cuantos amigos que, en su pueblo, hay un grupo de hombres que se sientan a la puerta del bar viendo pasar a las mujeres y girando la cabeza a medida que van desplazándose de un lado a otro. De ahí lo de los girasoles.
Luego, el día dos, que tenía que ir al centro a hacer algunas gestiones, pensé en pasar a ver sus giros de cabeza y charlar un rato con él, que siempre es muy instructivo, pero al leer su croniquilla del día anterior y el comentario de una persona que sí acudió el primer día y le decía que volvería pero que "la próxima vez sentado, eh!" pensé -y me pareció que era una buena propuesta performática esa de permancer a pie firme, atento y dispuesto, como haciendo guardia o vigilando los acontecimientos consuetudinarios que acontecen en la rúa-.
Me equivoqué. Efectivamente Fernando ha instalado su puesto de girasoles. Basta con leer sus reseñas cotidianas "Pasa una con un culo hermoso pero no me da tiempo a hacerle una foto. Ya volverá", "En la mesa de al lado una chica, gallega ella, se besa y acaricia con otra mientras desayunan", "La china de la tienda de al lado es muy coqueta y siempre va muy apretada. Hoy el estampado de su vestido es espectacular".
También controla al "negro" -no al africano- de la esquina y quiénes le dan algo o si tardan mucho en darle algo.
El resto es una breve reseña del tiempo -siempre es muy socorrido hablar del tiempo- y de las personas que han pasado a visitarle. No se si se hará costumbre y además de girasol Fernando ejercerá de Don, porque en tres días dos personas le han llevado algún regalo: una edición de tres vídeos documentales sobre los exiliados españoles en México y una planta. Por mi parte acabo de enviarle una foto en la que aparece con Dolo Fernández, porque se quejaba de que no tenía ninguna de ese día. Será divertido ver como evoluciona la tendencia. También lo será ir leyendo y comentando sus comentarios para, al cabo del mes, publicarlos todos juntos.

El comentario del día 4 insiste en lo mismo: minifalderas por delante y por detrás. Se pregunta por el "negro", le niega una ayuda a un hombre mayor. Recibe varias visitas y, cosa extraña, no habla del tiempo pero si anota que las sillas del bar están ya reservadas para la retransmisión del partido de esta noche. Por otro comentario en Facebook, esta vez de Anna Gimein, nos enteramos que los comentarios se escriben después de la siesta y que esto se lo ha prometido a ella (Anna).

En el comentario del sábado 5 Fernando se queja de lo "lerda" que es la cámara de su móvil. No le da tiempo a pillar ningún "pliegue". Y qué veranito que le están dando.
Una amiga suya hace un comentario en Facebook y dice que hubiera querido hacerle una foto al "señor negro". Cubo le ha dado una limosna y Fernando dice que por eso es mejor que él. Hipsters, gays y la mala calidad de las tapas son el resto del comentario. Hoy tampoco hay mención al tiempo.
                               (Fotos Fernando Baena)
Como hoy es domingo y hay Rastro, hay más bullicio y los precios son más caros, pero Fernando ha protestado y le han cobrado lo de siempre. Desde donde está no puede ver al "negro". Hoy no habla de visitas ni del tiempo, pero vuelve a hacer una mención al "pliegue" de una adolescente. En un comentario Dolo Fernández pregunta extrañada por el pliegue de la adolescente, porque se ha quedado "in albis". Hoy la espera se le ha hecho larga, deseando que llegue la una y media. Tampoco hoy le ha gustado la tapa, el pimiento le repite. Finalmente afirma que "el negro" no está.

Me niego a pensar que a Fernando Baena sólo le interesa el negro, las propinas que recibe, el tanga de la guiri y las tetas de la camarera, pero su comentario de hoy no da para más y los temas se repiten una y otra vez. 

Me lo imaginaba desde el principio, pero hasta hoy no he podido confirmarlo: Anna está en USA. También confirmar que los monotemas de Fernando siguen siendo los dos de siempre: los "monumentos de los de López Vázquez" (chinas incluídas) y la recaudación del "negro". Hoy ni siquiera ha hablado del libro, aunque lo ha mencionado para decir que no lo ha mencionado. Del tiempo si: "Sigue la primavera".
 
A Fernando hoy le duelen las lumbares y la pierna derecha, a pesar (o tal vez por) las sesiones de yoga. Siguen las piernas de mujer (angloparlante) y la china (mujer) bonita. El negro bien, gracias. Empiezo a comprender que lo que Fernando quiere es que veamos el machismo imperante en el país, la miseria de los pedigüeños y las rumanas expulsadas de las terrazas y, en fin, la vacuidad de la vida de los girasoles.
 Hoy, día 10, Fernando recuerda, dos veces, que no hay que desear a la vecina del quinto que ha pasado dos veces. Más landismo. Hoy vuelve la mención del tiempo: un poco más de calor no vendría mal. Dice que al "negro ni caso", al libro tampoco. Un malentendido con una persona desconocida que también se llama Fernando. Ninguna mención a la pareja interracial a la que, sin embargo, fotografía. ¿No es para bostezar? 
El onceavo día Fernando no tiene mucho ánimo y todo gira alrededor de las tapas incomibles. Le visitan, como casi todos los días, Dolo y Olivier. Analía llega in extremis y el rumano pedigüeño se come las incomibles tapas. El "negro" hoy se ha marchado antes. Tampoco tendría mucho ánimo.

Hoy, 12,  sigue la normalidad. Incluso hay Mahou. Un señor mayor dibujando, pero no bien. Saludos a los habituales, el canto de algún pájaro, la decisión de no volver a bajar el libro ¿cual? La marcha del "negro" y una conversación oída sobre alcohol y drogas que le parece "blanco y en botella" Otro "negro" quiere darle algo al dueño del bar que le aparta de la vista de Fernando. ¿? Cada vez voy entendiendo más la "asepsia" y no implicación de Fernando en lo que ocurre alrededor. La total ausencia de un comentario que afecte a lo personal suyo, a su opinión o sentimiento, a su reflexión. Exceptuando, claro está, las menciones a los pliegues, las piernas de las mujeres y su opinión sobre las chinas (mujeres). Pero eso es exactamente la función de "los girasoles". Ver sin pensar. O no expresar lo que se siente al ver.


 Hoy, como es domingo y hay Rastro, la terraza está llena. Algunos amigos de Fernando ya han cogido sitio y eso permite que se reúna un grupo en dos mesas. La conversación y el hecho de que Fernando esté de espaldas dificulta la observación y, por tanto, las observaciones. (¿Por qué no observaciones sobre los contertulios o las conversaciones? ¿Es que se trata sólo de observar desconocidos? ¿O es que los comentarios sobre los conocidos no son "políticamente correctos"?) No hay menciones ni al tiempo ni al "negro" (¿descanso dominical?) Tampoco las hay a "los pliegues", excepto en la foto. Por fin un pensamiento propio: a propósito de quienes pasan empujando una bicicleta construida con bambú y cinta americana: Fernando cree que "posiblemente las venden". También dice que pasa uno "vestido de anarquista" (¿Hay un vestuario anarquista o es sólo una traición del subconsciente?) La reseña de hoy ha aparecido bastante más tarde que las anteriores. Es domingo, fiesta de guardar y de siesta larga.


Día 14. La noticia del día es que el "negro" no está. El resto es la observación atenta del vestuario de los que pasan, de las barbas de los hipster y del manejo de idiomas con xie xie y oui; de "los pliegues" vistos y vueltos a ver. Y una confesión íntima: le gustan los lunes. Tan vacío está el día que decide fotografiarse las piernas.
Día 15. Dice que ha vuelto. Suponemos que "el negro". Para compensar, la crónica del día acaba con que "fuera de tiempo ¿? aparece un negrazo en bicicleta con el torso desnudo. Da varias vueltas como mostrándose y se va. Raza superior." ¿¡!? Las fotografías de la serie merecen un comentario aparte. No falta la mención a "un monumento con tacones" y tampoco hoy hay mención al tiempo. Ya ni eso. 
Será por "la caló", pero Fernando sintetiza: "Negro, sí. Calor, sí. Tercio, sí. Humidificador, no. La terraza se llena. Muslos, muslitos y muslotes ..." Y la historia de un melón que trajo Julián y que compartieron con un rumano pedigüeño que no le dio las gracias. A Cubo le llama cubito y Cubo dice que cúbito y radio y tibia y peroné. Pero es fuera de tiempo. 

Día 17: lo que permanece y lo que cambia. 
Permanecen el "negro", las tapas, el humidificador, el tiempo -el calor-, las tetas, las fotos anodinas, ...
Aparece el cinismo: "Lo siento mucho.  Me he equivocado. No volverá a ocurrir." Aparecen los "plebiscitos" ¿? que primero no aparecen y luego, "por fin" uno, lo que hace pensar en alguna oscura alusión a una mujer.

 18 de julio. Alguien que trabaja tanto con la memoria histórica y no hace ni una sola mención a la fecha. A no ser que "Julio" con mayúscula quiera decir algo más.
Hoy: pasa una minifaldera, pasan jacas sobre zancos, es la hora de los muslos esplendorosos. Lo demás es lo de siempre: el "negro", la cerveza que no debe ser de barril, el humidificador que moja, ... Y una de las muy escasas muestras de su interioridad: "Es tierno" cuando pasa un joven con un perrillo en los hombros a la manera de los pastores.

 Día 19. Fernando sigue fiel a su cita diaria con las chicas monas con flequillo a la vasca y braguitas negras trasparentándose agradablemente. También al "negro". Hoy el chismorreo es de un tipo que habla fuerte, es apasionado de los perros y está contra los toros. La crónica termina con una ¿casualidad? cito: "Viene Lidia. Vivan los toros."
 Día 20. Aunque no sea lógico, hoy, a la sombra, el viento es frío y Fernando lo siente y habla mucho de ello. Hasta dice que tiene los brazos cruzados, por el frío y que el dueño del local también tiene los brazos cruzados pero que debe ser por otro motivo¡¿?! Tampoco habla del "negro", pero si ha cotilleado la conversación de la pareja de la mesa de delante y llega a la conclusión de que la mujer es policía municipal y es la superior de otra que ha venido y le ha entregado una bolsa negra sin decir palabra. Termina deseando que llegue la una y media. Hace frío.
 Día 21. Lunes. Y los lunes, ya se sabe, poca gente en la calle. De la poca que hay a Fernando le llaman la atención las lolitas que le miran, vayan con sus padres o con su madre. A lo lejos vislumbra unas tetas interesantes que permanecen durante un rato. Y aunque en la foto parece que está, hoy no hay mención al "negro" ni al tiempo. Pocos detalles más del vestuario y calzado de algunos hombres y un puraco apagado. No hay más. Es lunes también en la actividad cerebral.

Día 22. Hoy no es lunes, pero parece que los días pesan ya. Los comentarios son cada vez un poco más desvaidos. Un poco más insulsos. Hoy sólo cabe citar "un gustoso culo de china" (¿gustoso?). Al comienzo ni siquiera se fijó en si "el negro" estaba o no estaba. Al final le vio cuando iba a mear. Tampoco se dio cuenta cuando le cogieron el periódico de su mesa. Lo dicho, insulso. Inatento.
Día 23. A Fernando, lo que pueda haber causado la  presencia de los bomberos y la policía no le interesa. Le interesa más el paso de Ernesto Ekaizer -periodista, comentarista y tertuliano- o el de el hombre que él define como elegante. Y le interesa tanto que nota que la chepa le levanta la chaqueta más por detrás que por delante. Comentario que ya hizo uno de los primeros días cuando habló de este mismo hombre. Hoy hay referencia al "negro", que está impasible, y al tiempo porque pide que conecten el humidificador. Le preocupa lo poco que le dura la cerveza y piensa cambiar al te frío porque dura más. No le preocupa en absoluto el contraluz de las fotografías, como se puede ver en esta de Pepe ("el de Coca").
Día 24. Fernando hoy no está para nadie ni para nada. Ni siquiera para el "negro". Aprovecha que se van los de al lado para correrse ¿¡?! Además tiene que ir a comprar: "Nota: aceite, vino, tónica, filetes". En días como hoy me pregunto no en lo que pueda pensar Fernando, sino en si piensa. Que poca, poquísma, reflexión sobre cualquiera de los hechos, personas, situaciones que ha presenciado. Está claro que Fernando no va a la terraza a reflexionar. Tan sólo a pasar el rato y ver pasar gentes y cosas. Un inocente voyeurismo que de tan inocente se queda en inocuo. 


Tal vez para celebrar el 25 de julio, Fernando ha tenido la debilidad de confesarnos su decepción y su cabreo por las condiciones que exigen para optar a una plaza de enseñante. El estado de ánimo bajo le impide las observaciones habituales, aunque hay un referencia al calor del cabreo y un desdecirse sobre la observación de un hombre con chepa y peluquín que no es chepa ni lleva peluquín. También aparecen las gitanas guapas y un sij comprando cupones. Y aunque no la mencione, está la chica de la foto. Luego las visitas de amigos y a pasar del cabreo. Fernando el humano.

Día 26. Hoy Fernando está de buen humor. Debe ser que la compañía le ríe las gracias. Han vuelto los pliegues (dice que uno por hora. Anna en Facebook le dice que eso es poco), han vuelto las minifalderas gitanas, han vuelto las mujeres que le miran con interés,ha vuelto el "negro", aunque se va pronto y eso deja paso a los chismorreos del dueño del bar con los amigos. Fernando no sólo ve, sino que también escucha, aunque no se compromete y se limita a reflejar lo escuchado. ¿Qué le parecerá a él que se llame Manyula la mujer del hindú de los Simpsons? ¿Qué le parecerá a él que eso sea el tema de una conversación? Nos quedamos sin saberlo. Fernando sólo es un espejo con oídos. Claro que se olvida que todos los espejos son deformantes como bien aclaró Valle.
 Día 27. Decididamente ha vuelto el Fernando de siempre, el de " un culito de calidad que compensa la baja velocidad de ayer", el de cambiarse a una mesa "con derecho a roce", el de un "blanco y un negro" bailando y el de la vuelta a los pliegues. (Tal vez esto de los pliegues es una referencia a aquello de Estopa "Por el pliegue de tu falda tuve yo un piñazo con un seat panda." Tal vez). Hoy no hay comentarios de lo escuchado, tal vez porque los guiris-yankees hablan en inglés. Por lo demás, a la sombra del toldo, con vermú en vaso largo -que no es de recibo- y "girasoleando".

Día 28. Parece que los lunes no son el mejor día de Fernando. Hoy comienza rotundo con un :"No negro" y sigue "estresado y acalorado" Después un repaso a los habituales y un curioso duelo de miradas con una mujer que lleva gafas negras.¿? Y la descripción del pecho de una mujer "agradablemente destacable"¡! Tanta suavidad me confunde. Habla de otro "negro", esta vez de pelo rizado, y de las veces que le ha dado fuego al de la mesa de al lado. Vuelve la mención a los pliegues, en este caso confirmado "cuando gira camino de la plaza." Hay tres adolescentes "nerds" y un hipster, tres bolseros y una acompañante de pantalón corto y piernas extendidas que muestra las uñas de los pies pintadas. Decididamente Fernando intenta ser lo más superficial posible. Se sienta, apoya la coronilla en la pared y se despereza como suele hacer "el negro". Lo de la superficialidad no es por falta de materia, sino porque no quiere que pensemos nosotros tampoco. A fin de cuentas estamos en verano y practicamos el "girasoleo", como hombres de casino provinciano.
Día 29. El "landismo" fue una definición que se acuñó en los setenta para describir al machote ibérico siempre salido y siempre frustrado; sobre todo, siempre ridículo. Luego Alfredo Landa, que fue quien inspiró el landismo con sus interpretaciones de semejante panoli, se rehabilitó interpretando películas tan impactantes como "Los santos inocentes" y algunas otras serias y consistentes. No es casualidad que en los comentarios de Fernando Baena haya aparecido un par de veces "el vecino del 5º", santo y seña del landismo.
Hoy, escuetamente "negro" si. Obras en la esquina que al final se aclaran con un cartel que anuncia la próxima apertura de una tienda de pan recién hecho. El resto, no cambia, el dueño del bar en su mesa/oficina, dos que parecen ser de "El Álamo" ¡¿?! y pliegues y mas pliegues, alguno morenito ¿eufemismo por negra?, un travesti con tetas excesivas, unos pantalones vaporosos que dejan ver todito todo ¿¡?! Una adolescente que dice que algo es la poya. Cuanto landismo.
Fernando no sabe por qué, ni le preocupa, ni se interesa por saberlo, el dueño del bar le regala un cigarrillo Winston envuelto en una servilleta. Es lo más interesante que ha pasado hoy.
Día 30. Hoy ni toldo ni "negro". Foto del camarero, Omar, que le cambia la tapa. Fernando sospecha que deben haber hablado de él los camareros, porque Omar, de repente, le hace comentarios sobre transeúntes y clientes. Por lo demás, lo de siempre, "pliegue maduro", "china reseñable", ... Chicas anilladas que le recuerdan a los bueyes. (A mi también me viene esa imagen cuando las y los veo, pero debe ser que somos de campo y tirando a viejunos.) Chismes de una de las anilladas y, todo un acontecimiento: el chinito que suele pasar de la mano de su mamá le tira un beso con la mano. Alguna visita que duda entre tercio y doble y pare usted de contar. Ya está bien de girasoleo por hoy.

 

Día 31 y último de la acción "Aperitivo" de Fernando Baena. Los chismes habituales sobre las conversaciones en las mesas de al lado. Del dibujante con puro dice que saca "sus atributos". Creo que quiere decir que saca sus utensilios, pero... Fernando le pide a la asidua Dolo que compre un cupón para el "negro" quien, aclara, se llama Miki. ¿Quién pagó el cupón?
Hoy, por ser el último día y porque Fernando había hecho una convocatoria extra, ha venido más gente de lo habitual. Yo también he estado y le he hecho a Fernando una fotografía porque entre las suyas no aparece. Me aclara que sí, que en un reflejo y recuerdo que uno de los primeros días -el 6- hay una foto en la que en el reflejo se ve una sombra inidentificable que está haciendo la foto. En otra, unos días después, aparecen sus piernas. Pero sólo en las dos fotos que yo he hecho -la del inicio y la del final- aparece F. Baena claro y reconocible.
En la conversación Fernando me aclara que "el pliegue" es esa arruga que se forma al final de la nalga y el principio del muslo. Las mujeres que visten pantalones cortos, especialmente las adolescentes que los usan muy muy cortos, lucen esa parte del cuerpo. Habrá que agradecerle a Fernando la creación del neologismo, o al menos añadirle un nuevo significado a los ya conocidos de la palabra. También comenta que alguien le ha acusado de "machirulo" que es como las feministas combativas llaman a los machistas. Se ríe de ello. Le comento lo del "landismo" y dice que si, que eso si es cierto.
Entiendo, mas que como falta de ortografía, como una errata de escritura un "reusar" que aparece en esta última de sus crónicas de terraza y vermú. Pero yendo a los contenidos y el estilo de estas croniquillas, hay que recordar que la estrategia de muchos de los trabajos de Fernando es la provocación que, en algunos casos, llega al insulto y la agresión al público. Es una estrategia muy utilizada por un tipo de artistas que buscan ante todo el escándalo que pueda trascender a los medios. No olvidan que vivimos en una época mediática y, por eso mismo, mediatizada. Quieren también su parte del pastel y es la hiperafirmación el mecanismo que utilizan para escandalizar a los burgueses bienpensantes y atraer a los periodistas buscadores de carroña y escándalo. Claro que para eso hay que ser mucho más extremista y no quedarse en unos comentarios para los amiguetes del "caralibro", que ya le conocemos, que no nos escandalizamos y que sabemos de que pie cojea. Siempre me hizo mucha gracia el nombre que se dieron a sí mismos los artistas mexicanos de la vanguardia de principios del siglo pasado: "Los Estridentistas". Pero esta acción de Fernando no llega a la estridencia ni de lejos. Como broma, insisto, sólo como un juego de palabras, yo diría que ha sido una "baenalidad", una "baenada"; algo muy propio del verano, del calor, del dolche fare niente, del laisser faire, laisser passer. Y en esas estamos. Gracias Fernando Baena por darme algo  mas en lo que pensar estos días de Julio.
                                              Foto H. Álvarez

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