Lo primero que hay que decir es que Depero fue, ante todo, un fabricante. Ya el texto de presentación de la exposición avisa: "... incansablemente pintor, escultor dramaturgo y escenógrafo, escritor, poeta, ensayista, diseñador gráfico y publicitario, creador de arquitecturas tipográficas y pabellones de ferias de libros, revistas y logotipos comerciales, creador de juguetes y tapices, empresario cultural -creador de uno de los primeros museos de artista del mundo, la Casa D'Arte Futurista en Rovereto- e inventor de uno de los primeros libros de artista de la historia, el célebre "libro atronillado" de 1927, el "museo portátil" titulado Depero Futurista."
Es extraño que no se haga mención de su faceta de dibujante cuando la exposición abunda en dibujos. Menos extraño es que no se haga mención de su ideología fascista -como la de casi todos los futuristas- y conviene no olvidarlo. Ahí está el poster de apoyo al Duce, de 1934 y otras piezas como A passo romano: lirismo fascista e guerriero programático e constructivo de 1943.
A pesar del esfuerzo del montaje de la exposición para crear diferentes espacios y ambientes, el espacio total es pequeño para las "cerca de 300 piezas" que hay en la exposición; por eso, terminado el recorrido, uno acaba saturado, hastiado y aburrido de tanto Depero en tan poco espacio. Pero acaba comprendiendo que Fortunato Depero fue, ante todo, deperista.
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