domingo, 26 de octubre de 2014

EL CBA Y LA LÓGICA CAPITALISTA.


El edificio de Círculo de Bellas Artes de Madrid tiene una larga historia desde que el rey Alfonso XIII lo inauguró en 1926. Y digo el edificio porque es lo más simbólico y aparente que tiene la "sociedad privada", como se encargan sus gestores de decir en la página web. 

El edificio es también el mayor hándicap que soporta la entidad cultural. El mantenimiento del edificio supone una carga económica que las magras cuotas de los socios no pueden, ni de lejos, cubrir. 

De ahí el euro que cuesta solamente asomarse al hall de entrada o a la cafetería. De ahí la celeridad con la que los actuales gestores se dedican a alquilar sus espacios. Hay que conseguir dinero como sea, para pagar el edificio y las nóminas de los empleados. Ya se han hecho unos cuantos "expedientes de regulación de empleo" -es decir, despidos masivos- y las contrataciones que se hacen para sustituir a los antiguos empleados, se hacen con contratos temporales, de becarios, por horas, o por cualquiera de las modalidades de empleo precario con las que la economía capitalista imperante hace que los trabajadores rescaten a los bancos.

Es la lógica del capital. 

La misma que ha llevado al círculo a montar una escuela privada de arte en asociación con La Fábrica, ("Una empresa con alma") con decidida vocación de formar a trabajadores autónomos para la industria cultural. Adiós a los Talleres del Círculo, en los que se han formado tantos y tantos artistas contemporáneos, con la guía de muchos de los mejores artistas también contemporáneos y a precios muy asequibles.

De ahí que ver las exposiciones, que siempre fueron gratis, como lo son en la mayor parte de las fundaciones o instituciones, excluidos, claro está, el ayuntamiento -"Centro Centro"- y el Caixaforum, ahora cuesta tres euros.

Políticos y banqueros coinciden, por supuesto, en la lógica que dice "Si quieren cultura, que se la paguen." La lógica del capital.

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