jueves, 2 de abril de 2015

CUERPO +exPODER (I)

No sé que quiere decir eso de CUERPO +exPODER. Es posible que en alemán con Körper und Macht quede más claro. O que quiera decir otra cosa. En fin, un lío. Lo cierto es que la mayoría de las veces las cosas se definen por sí mismas y eso pasa también aquí y ahora. Ver la portada del programa del evento ya es una completa definición:
Un horario a trozos, como lo están las actividades/exposiciones. +Talleres y Conferencias. El batiburrillo completo. Aunque faltan por incluir la intervención de rap y música urbana ¡¿!?, la performance musical ¿¡!? y las Coplas del corazón. También el ballet y demostraciones de danza, la presentación de novelas, libros, colecciones y editoriales, sesiones de dibujo, subastas, un espacio abierto, teatro físico ¿¡!?, Danza Teatro, mas la proyección de películas, el reciclaje de trapos, "microResidencias", clases magistrales de personajes ficticios, cuentacuentos, un festival urbano infantil y hasta la presentación de puntos de vista ... Un parque de atracciones disfrazado de cultura. O la cultura disfrazada de parque de atracciones, que todo puede ser, metido en un Pasaje. ¿El del terror quizás?
Porque terror produce la venta de obras de Mail Art, en español Arte Correo, cuando una premisa ineludible del Arte Correo, junto con la de no censura, es la de no venta!!!! Por muy simbólico y/o sorprendente que pueda ser el "precio". Que quede aquí constancia del desvarío. EL ARTE CORREO NO SE VENDE.
Pero la mejor definición y también la más cultureta, la da uno de los artistas participantes, justo casi al comienzo del recorrido: Antón Patiño
También al principio del pasaje, la primera obra que se ve, es ya una contradicción con la propuesta para hablar del cuerpo y del poder; a menos que entendamos que el poder ha hecho desaparecer el cuerpo. Y no es cierto. Todo lo contrario: el cuerpo es hoy uno de los instrumentos del poder y su biopolítica. Pero tal vez esto es ir demasiado lejos en un entorno que no da para tanto. Curiose lectore opine por si misme.

También hay mucho que decir en cuanto a los participantes. Aunque sólo sea porque son muchos y por la importancia que a este muchos le han dado los organizadores. En algunos medios aparecen 71, en otros 84. En el programa oficial aparecen 86 nombres (Incluidos coleccionistas, galeristas y espacios. Incluida también una de las organizadoras, que se autoprograma sin vergüenza alguna. Muy aconsejable que revise el código ético de las Guerrilla Girls y, en general, el código de las buenas prácticas). El énfasis está en la cantidad. Y de lo que no se puede hablar, mejor no hablar. 
En algunos de los textos que han "colgado" los artistas para hablar de su trabajo, se mencionan a Hanah Arendt y a M. Foucault, por aquello del cuerpo y el poder. Pero en lo que he podido ver hasta ahora, el discurso brilla por su ausencia. Y cuando lo hay, como en el caso de Diana Larrea, no lo hace para hablar de la banalidad del mal (Arendt) o del panóptico (Foucault), ni siquiera del cuerpo ni del poder a palo seco. Lo hace al presentar su obra como un testimonio del difícil equilibrio en el que vive el/la artista.
 No es de extrañar la queja, dadas las condiciones en las que se realiza este "evento artístico" al que el propio embajador de la Alemania Unificada define como "Fiesta del Arte". Seguro que el embajador no ha pisado el pasaje. Ningún lugar menos adecuado que este para hablar de fiesta. Ya lo dice A. Patiño: un no lugar habitado por zombis y mutantes camino a ninguna parte. En un texto editado por el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid y firmado por Manuel Muñoz Monasterio y Manuel Manzano-Monis Mancebo, se habla del pasaje como "un testimonio residual de los antiguos pasajes comerciales que surgieron en Francia a finales del siglo XVIII y tanto auge tuvieron en la Europa del siglo XIX y principios del XX." Y tan residual. Pura basura por mucho que traten de defenderlo los arquitectos. Oscuro, retorcido, bloqueado, encarcelado.
  Así es este pasaje. ¡Como atreverse a compararlo con las Galerías Vitorio Emmanuele italianas o los pasajes parisinos, luminosos y rectilíneos! Y desde luego nada que ver con los pasajes de W. Benjamin, familiares y acogedores. Dolor y tristeza produce semejante descalabro y su celebración por parte de los organizadores y participantes. Mal. Muy mal está el mundillo del arte en España cuando tantos artistas se someten voluntariamente a semejante desaguisado. 
(Continuará)  


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