viernes, 8 de mayo de 2015

CUERPO +exPODER (II)

He vuelto una segunda vez al Pasaje Fuencarral. No quisiera ser injusto con sólo una primera impresión de la "Fiesta del Arte", organizada por la Embajada de la República Federal de Alemania. Esta vez ha sido un sábado por la tarde -entre 19 y 20hs.- La calle Fuencarral hervía de gente. Dentro del Pasaje había, esta vez si, gente. Unas seis u ocho personas que íbamos cruzándonos por los diferentes espacios. Y dos "vigilantes de sala" trajeados y con corbata roja ambos. ¿Puestos por la Seguridad Social, ¿por la embajada alemana? Bueno, el caso es que estaban, que había más luz y más espacios abiertos y desenrejados, lo que permitía ver obras que en la visita anterior no estaban accesibles.
Así pude subir a la primera planta donde vi algunas fotografías de mujeres, hechas por mujeres, que daban la talla. Vi también un texto que -creo- explicaba un vídeo que no pude ver porque no funcionaba.
¿Es de una banalidad cruel, o sólo me lo parece a mi? Curiose lectore, piense por sí misme.
Desde la planta alta pude, finalmente, ver el trabajo de Diana Larrea del que ya he hablado. Pena de señalización inexistente, con lo que la asociación del texto con la pieza resulta prácticamente imposible.
¡Harold Lloyd siempre en apuros!
Vi también alguna pieza interesante aunque no se si autocrítica o premonitoria.
En esa misma planta superior, no recuerdo el nombre del autor/a y con la referencia del folleto/catálogo imposible de identificar, sea quien sea, ¡enhorabuena! Por fin alguien se ha percatado de que el mayor problema de este espacio es la luz y lo ha solucionado con economía y eficacia de medios.


















Viendo esta instalación uno no puede por menos que pensar en el Berlín Este, recién anexionado tras la caída del muro, y el aprovechamiento que artistas/okupas hicieron de multitud de espacios abandonados. Tal vez el embajador alemán pensó que aquí podría hacerse algo parecido. Se equivocó. O se equivocó quien convocó e invitó.
¿Y, en este caso, de quién es el error?
¿Del artista que no se preocupó de dónde iba a ser colocada su pieza o de quien la colocó y no supo ver la interferencia con la plancha de madera y la loseta? Vaya usted a saber.
En este otro caso, alguien creyó que estaba en ARCO y decidió hacer una "naturaleza muerta y podrida", como muestra de su creatividad.
Aunque también hubo quiénes supieron aprovechar el espacio, adaptarse a él y/o hacer algo específico para el espacio.


















 Son los menos, pero haberlos haylos. Tal vez alguno ha aprendido de dos piezas que, si no recuerdo mal, ya estaban en la edición anterior de este evento:


















Por hoy ya es bastante. Volveré otro día al Pasaje Fuencarral para conocer los proyectos invitados a un diálogo de proyectos artísticos, la mayoría de ellos autogestionados.
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Ayer, 07.05.2015 quise asistir a lo que los organizadores han llamado ¡Espacio Abierto! y acudí al Pasaje a las 20h. Ingenuidad por mi parte, porque no hay nada en el entorno del arte madrileño que comience puntual. Lo mínimo es media hora de retraso, que fue lo que tardó en comenzar la serie de presentaciones programadas.
Es doloroso comprobar que lo cutre es contagioso. Así, parece que todo lo que se hace en ese cutre espacio se contagia. Y lo de ayer fue cutre en muchos sentidos. Empezando por la asistencia. No llegábamos a treinta los asistentes. De ellos veintitantos eran participantes. Creo que no llegábamos a seis los que fuimos como audiencia.
Siguiendo por las presentaciones. Tomó la palabra uno de los organizadores y no puedo opinar sobre lo que dijo porque sólo le oyó el cuello de su camisa. Habló de la embajada alemana y creo que dijo que le habían echado. A mi también me suena extraño, pero fuera lo que fuera lo que dijo, lo dijo en voz tan baja que creo que ni los de la primera fila -había tres- se enteraron.
Hablar en público no es difícil, pero exige, antes que nada, que quieras que los demás se enteren de lo que dices. Ese algo tan elemental pero tan importante, ni el presentador/organizador, ni el resto de los que presentaron sus proyectos, lo tuvo en cuenta.
Por supuesto, no había micros ni amplificación del sonido, pero quienes hablaron una de dos, o no habían hecho nunca una presentación, o creían que los que estábamos allí ya sabiamos todo lo que ellos iban a decir y por eso no se molestaron en adaptar la voz al espacio y la audiencia.
De lo que dijeron, lo que creí entender fue:
La Galería de Magdalena es un proyecto de arte en el espacio público que aprovecha las vallas de obras y espacios privados que ocupan, invitan a artistas a participar y las obras se regalan a los visitantes. Les preocupa el número de personas que visitan sus "exposiciones" y afirman que las ve más gente que la que va al Reina Sofía. En eso coinciden con el museo: les preocupa la cantidad. En cuanto al arte, valoran lo gratificante de su experiencia "es como la sonrisa que se te queda cuando estás enamorado". Mucho más lejos que el sofá de Matisse. Solo que un siglo después. Una concepción del arte blandita y  buenista.
Residencias Islandia comentó que todo empezó cuando alquiló un espacio para dibujar pero se dio cuenta de que no servía -el espacio- para eso, así que decidió invitar a amigos y a otros artistas para que hiciesen en ese espacio, durante dos horas, lo que quisieran. A eso le llamó microResidencia y las ha hecho también en otros espacios y otras ciudades. Allí mismo, en el Pasaje Fuencarral han programado algunas en uno de los espacios de la planta alta. De su concepción del arte dijo que se trata de "no dejar de hacer lo que hacíamos cuando niños". Dibujar Madrid es un proyecto que se dedica al mercadeo, en doble acepción, trabajan en los mercados de barrio, editan, en papel de estraza un catálogo con los dibujos que han hecho los artistas participantes y luego venden esos catálogos a los comerciantes del mercado y al público en general. Del arte no dijeron nada. Sólo de los mercados.
El Huerto del Tertuliano lo presentó su creador y gestor Rubén Polanco que decidió "huir del mundanal ruido" de la cultura urbana y rehabilitó un espacio rural en Fuente Olmedo, Valladolid. Esta presentación si se hizo con una voz audible y así pudimos enterarnos de que agracias a su amistad con Cristina Iglesias han hecho una exposición con alguno de sus trabajos y otra con trabajos de Juan Muñoz. El espacio rehabilitado tiene zona residencial y zona de talleres. Hacen residencias de artistas y han programado una performance de un artista japonés. El pueblo tiene unos diez habitantes y, al menos dos de ellos que son los que aparecen en las fotos, visitan las exposiciones, endomingados como dios manda. También aparece en una de las fotografías, de espaldas, el crítico Fernando Castro.
Los Artistas del Barrio han hecho ya varias convocatorias en las que los artistas que quieran incluirse, abren las puertas de sus espacios de trabajo para recibir  visitas. De arte no dijeron nada, excepto que no hacen selección previa. Hacen catálogos que venden. 
Proyecto P2P es una investigación sobre espacios autogestionados en el sur de Europa, me pareció entender que nació de una beca de la Universidad Europea y ahora trata de seguir por su cuenta. Se queja de la falta de financiación y tampoco habló nada sobre arte.
A los últimos que escuché son el proyecto Se Alquila. Nació como una propuesta para dar visibilidad a espacios que están por alquilar. Hablan con la propiedad y realizan propuestas culturales en los espacios por alquilar. Han desarrollado el proyecto también en Argentina y Guatemala. Su objetivo es potenciar la utilidad social de la cultura. Les ha esponsorizado, entre otros, Toshiba para quien participaron en un concurso en el que hicieron trampa. Hicieron trampa "porque todos la hacían y porque todos somos piratas". Cuando oí este discurso tan pepero y corrupto, no lo pude evitar: me levanté y salí del maldito pasaje.

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