Fue en uno de los conciertos que organizaba el ayuntamiento de Madrid en la época de Tierno Galván. Luego oí a Lucille sonar mientras él la acariciaba. Entendí sin lugar a dudas por qué le llamaban el Rey. Lo era. Y ella su amante. Descanse en paz el Rey. Lucille le echa de menos.
Ahora, con su muerte, muchos hablan de él. Y todos coinciden: no era un artista al uso; engreído o caprichoso. Era afable, colaborativo y buena persona.
Muchos le echamos de menos.
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