Galería
Odalys. C/Orfila,5 Madrid. Martes 28 JUN.16 A las 20:30 aprox.
En
esta galería venezolana que abrió en Madrid aprox., hace tres años,
un grupo nutrido de videoartistas venezolanos presentan sus
producciones por primera vez en Madrid. En la exposición se
presentan vídeos, instalaciones y una video-instalación-performance,
todo ello de muy aceptable nivel.
Antonieta
Zerre
es la autora de la vídeo-instalación-performance. Vive en Argentina
en estos momentos por causa de la “pésima situación de
Venezuela”. Su trabajo se situa al fondo del espacio (que antes fue
la bien conocida Galería Soledad Lorenzo) y consta de dos
superficies cuadradas que sirven de pantalla a las proyecciones.
Entre las pantallas hay un espacio de pared blanca. Frente a ese
espacio, en el suelo, de un tamaño de aprox., 3x2m,
una superficie ligera de color crema sobre la que hay dibujadas en el
centro las huellas de dos pies.
Antonieta
Zerre
es una mujer joven, muy morena y de ojos oscuros. Viste de negro.
Camiseta y leotardos y se ha recogido el pelo muy negro en una
coleta. Entra en escena y se situa sobre los pies dibujados en la
superficie crema. En las pantallas se proyectan, sobre dos siluetas
recortadas contra un fondo blanco, en la pantalla de la izquierda un
paisaje b/n de suelo desolador y nubarrones; en la pantalla de la
derecha, también sobre una silueta recortada sobre fondo blanco, se
proyectan franjas verticales que contienen fragmentos de video en
color. Antonieta permanece estática por unos momentos y es evidente
entonces que las siluetas lo son de su figura.
Un
hombre de apoyo de la galería, con un barreño de plástico negro,
entra en escena y se sitúa a la derecha de la performer, agachado en
el suelo donde comienza a agitar una mezcla de los materiales que
trae en el cubo. Al cabo de un momento va depositando con una
espátula de albañil, sobre los pies de la performer la mezcla que
ha hecho y que puede ser yeso o cemento, incluso arcilla. Cubiertos
los pies con una primera capa, el hombre y Antonieta esperan
inmóviles durante un corto espacio de tiempo y el hombre aplica
entonces una segunda capa de la mezcla y sale de la escena. La
performer sigue inmóvil y la masa se ha ido solidificando. La luz
cenital impide ver la cara y los ojos de AZ mientras que su nariz y
sus hombros resaltan iluminados. Comienza
a sonar a muy bajo volumen un tema musical en bucle y la performer,
también en voz muy baja, va cantando unas letrillas que hacen
alusión a la luna llena. Cantar una y otra vez parece que hace
emocionarse a la artista, aunque la iluminación cenital impide
apreciarlo cláramente.
Cesan
la música y el canto. La performer despega sus pies del suelo
rompiendo la capa que los cubría y va hacia el espacio de pared
entre pantallas. Allí adopta una posición recta, con la espalda
contra la pared y comienza a dibujar su silueta. Cuando finaliza de
dibujar abandona el espacio y sale de escena.
En
la hoja de sala se incluye un texto que hace alusión a la
ausencia/presencia como conceptos con los que ha sido trabajada la
pieza. Incluye también información sobre en qué soporte y de que
duración se puede conseguir el registro de la actuación, que se
convierte así en una pieza de arte para la galería.
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