Bienvenidos a la distopía post-hobbesiana: una guerra de todos contra sí mismos.
Por George Monbiot columnista de “The Guardian” de Inglaterra.
Las epidemias de enfermedades mentales están aplastando las
mentes y los cuerpos de millones de personas. Es hora de preguntarse…
hacia dónde nos dirigimos y por qué?
¿Qué mayor acusación a un sistema puede haber que una epidemia de
enfermedades mentales? Sin embargo, las plagas de ansiedad, estrés,
depresión, fobia social, trastornos de la alimentación, la auto-lesión y
la soledad, ahora golpean a la gente en todo el mundo. Las últimas
cifras de la salud mental de los niños en Inglaterra son catastróficas y
reflejan una crisis global .
Hay un montón de razones secundarias por las cuales aparecen estas
dificultades, pero me parece que la causa subyacente es la misma en
todas partes: los seres humanos, esos mamíferos ultra-sociales, cuyos
cerebros están diseñados para responder empaticamente a otras personas,
se están aislando aparte. El cambio económico y tecnológico juegan un
papel importante, pero también lo hace la ideología. Aunque nuestro
bienestar está intrínsecamente ligada a la vida de otros, en todas
partes se nos dice que vamos a prosperar a través del auto-interés
competitivo y el individualismo extremo.
En Gran Bretaña, los hombres que han pasado toda su vida en
cuadriláteros tales como – la escuela, la universidad, los bares, el
parlamento – nos enseñan continuamente a como mantenernos de pie. El
sistema educativo se vuelve más brutalmente competitiva cada año que
pasa. El empleo es una lucha hasta el borde de la muerte contra una
multitud de otras personas desesperadas, que van en busca de menos
puestos de trabajo disponibles. Los supervisores de los pobres modernos
atribuyen la culpa individual a las circunstancias económicas que se
viven. Un sinfín de competencias por televisión alimentan, imposibles
aspiraciones de contratos que ofrezcan una oportunidad real.
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