Precisamente
por eso. Nosotros tratamos de hacer una novela lo suficientemente
distinta como para ser catalogada de auténtica. Y somos auténticos
hasta el punto de darle a cada cual la parte del libro que le
corresponde.
Y
ya que estamos en estas, ¿por qué no le damos al lector lo que está
esperando?
¿Se
lo damos?
Dádselo.
Dádselo porque si no, no va a haber quién los calle. Total por unos
pocos cientos de pesetas tampoco hay que ponerse así.
O
P E R A C I ÓN V Í D E O
PRIMER
CAPÍTULO
La
cosa en sí (léanse algunos párrafos, los pertinentes, de cualquier
buen diccionario de filosofía), es muy sencilla: se trata de
escribir una novela sin tener ni idea. Se supone que Cervantes lo
hizo y mira la de reediciones que lleva. (hay que darle vueltas a
esta frase. ¿es bueno el concepto comercial que implican? ¿gancho
para editores? ¿sería posible darle un tratamiento más
cervantino?) Esta novela trata de lo cotidiano pero no tiene nada que
ver con la realidad. Como El Quijote y el realismo mágico del boom
sudamericano. (este tipo de frases con contenido, capta). De todos
modos, lo mejor para empezar es hacerlo por el principio. El Génesis
lo hace y también lleva lo suyo. Tampoco es mal principio empezar
por el final. Todas las novelas (citar tres o cuatro ejemplos
conocidos que empiezan por “Por entonces yo tenía pocos años …
cuando ocurrió lo que voy a contar … Esta
historia tuvo lugar … y etc.) digo que todas las novelas que
empiezan como
“La Isla del Tesoro”, son novelas que empiezan por
el final: me han pedido que escriba … Encontré un manuscrito … Y
no empiezan mal por cierto. Empezar por el medio también se utiliza.
Sobre todo en la novela negra. El protagonista que se encuentra en el
ojo del huracán (cuando se trate de un tema concreto, procurar
utilizar el lenguaje ad hoc) recuerda los hechos de las cuarenta y
ocho horas precedentes. Y la acción se encadena rápidamente hacia
las próximas horas, que no serán menos trepidantes. Este tipo de
repartición de los tiempos en la novela, plantea algunas sugerentes
posibilidades. Trastocar la secuencialidad del tiempo es una de ellas
y también bastante utilizada. En las novelas policíacas tipo
Sherlock Holmes, o en las de Agatha Christie, (tenerlas a mano y
echar un vistazo para hablar del tema con soltura) cuando mr. Holmes
o la sta. Marple explican el descubrimiento del criminal, hacen un
flashback (comprobar ortografía y evaluar si merece la
pena incluir el término anglosajón. ¿dará modernidad a la novela?
¿qué pasa con la Academia? ¿cual es la postura actual ante el tema
de los críticos de moda?) que es como pasar los hechos por una
moviola y a cámara lenta, para explicarnos dónde y cuando
descubrieron el error fatal que había cometido el asesino.
(sustituir “había” por “ha” y la frase ganará en rotundidad
y estará en concordancia temporal perfecta con la oración
principal; recuérdese que es: cuando mr. Holmes, o la sta. Marple
explican el descubrimiento del criminal …) Y como ésta explicación
suele hacerse muy cerca del final de la novela, cuando no es su
epílogo, el lector se ve transportado en el tiempo de adelante a
atrás y viceversa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario