miércoles, 18 de enero de 2017

OPERACIÓN VÍDEO_13


Precisamente por eso. Nosotros tratamos de hacer una novela lo suficientemente distinta como para ser catalogada de auténtica. Y somos auténticos hasta el punto de darle a cada cual la parte del libro que le corresponde.
Y ya que estamos en estas, ¿por qué no le damos al lector lo que está esperando?
¿Se lo damos?
Dádselo. Dádselo porque si no, no va a haber quién los calle. Total por unos pocos cientos de pesetas tampoco hay que ponerse así.


















O P E R A C I ÓN   V Í D E O




PRIMER CAPÍTULO


La cosa en sí (léanse algunos párrafos, los pertinentes, de cualquier buen diccionario de filosofía), es muy sencilla: se trata de escribir una novela sin tener ni idea. Se supone que Cervantes lo hizo y mira la de reediciones que lleva. (hay que darle vueltas a esta frase. ¿es bueno el concepto comercial que implican? ¿gancho para editores? ¿sería posible darle un tratamiento más cervantino?) Esta novela trata de lo cotidiano pero no tiene nada que ver con la realidad. Como El Quijote y el realismo mágico del boom sudamericano. (este tipo de frases con contenido, capta). De todos modos, lo mejor para empezar es hacerlo por el principio. El Génesis lo hace y también lleva lo suyo. Tampoco es mal principio empezar por el final. Todas las novelas (citar tres o cuatro ejemplos conocidos que empiezan por “Por entonces yo tenía pocos años … cuando ocurrió lo que voy a contar … Esta historia tuvo lugar … y etc.) digo que todas las novelas que empiezan como “La Isla del Tesoro”, son novelas que empiezan por el final: me han pedido que escriba … Encontré un manuscrito … Y no empiezan mal por cierto. Empezar por el medio también se utiliza. Sobre todo en la novela negra. El protagonista que se encuentra en el ojo del huracán (cuando se trate de un tema concreto, procurar utilizar el lenguaje ad hoc) recuerda los hechos de las cuarenta y ocho horas precedentes. Y la acción se encadena rápidamente hacia las próximas horas, que no serán menos trepidantes. Este tipo de repartición de los tiempos en la novela, plantea algunas sugerentes posibilidades. Trastocar la secuencialidad del tiempo es una de ellas y también bastante utilizada. En las novelas policíacas tipo Sherlock Holmes, o en las de Agatha Christie, (tenerlas a mano y echar un vistazo para hablar del tema con soltura) cuando mr. Holmes o la sta. Marple explican el descubrimiento del criminal, hacen un flashback (comprobar ortografía y evaluar si merece la pena incluir el término anglosajón. ¿dará modernidad a la novela? ¿qué pasa con la Academia? ¿cual es la postura actual ante el tema de los críticos de moda?) que es como pasar los hechos por una moviola y a cámara lenta, para explicarnos dónde y cuando descubrieron el error fatal que había cometido el asesino. (sustituir “había” por “ha” y la frase ganará en rotundidad y estará en concordancia temporal perfecta con la oración principal; recuérdese que es: cuando mr. Holmes, o la sta. Marple explican el descubrimiento del criminal …) Y como ésta explicación suele hacerse muy cerca del final de la novela, cuando no es su epílogo, el lector se ve transportado en el tiempo de adelante a atrás y viceversa.

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