miércoles, 8 de marzo de 2017

POSTPRODUCCIÓN_12


      Los autores, como la mayoría de las personas, tienen hermanos. Y los hermanos de los autores, a veces, y este es el caso, son gentiles, amables, colaboradores y optimistas.

      Cuando los autores les cuentan sus cuitas a los hermanos gentiles, amables, colaboradores y optimistas, éstos suelen tener palabras de apoyo y consuelo. A veces, y este es el caso, dan con una idea, una frase, que para ellos es normal, pero que para los autores es toda una luminaria. Es el golpe de linterna, el soplo de aire, que, en el fondo del pozo, le dice al minero atrapado por el derrumbe, que sus zozobras han terminado.
      Ahora tienes la posibilidad de escribir esas veinte páginas mejor que antes, ha dicho Pedro. Y lo ha dicho con la sencillez de quien cree en lo que dice. Por eso estamos aquí de nuevo. Por eso vamos a seguir adelante. Agradéceselo lector. Agradecele a Pedro la novela que tienes entre las manos, porque sin él no se hubiera acabado nunca. Que conste.
      Esas veinte páginas, contaban, entre otras cosas, que C., y M.L., han dado la callada por respuesta. Tampoco esperábamos mucho más. Es difícil ser objetivo cuando ves que algo te está tocando de cerca. Qué sea ese algo, no se sabe muy bien, pero se siente en las propias carnes y es imposible sacárselo de encima. C., y M.L., son parte integrante de Operación Vídeo. En la mayoría de los casos por omisión pura y simple, y en otros, como éste, porque son ellos quienes eluden el compromiso.
      Deberíamos aclarar esta secuencia. No se sabe muy bien a cuento de que viene y tampoco hay un punto de conexión para darle continuidad.
      Claro que lo hay, pero me parece que estás todavía bajo el síndrome de la amputación y no lo ves.
      Pues debemos estar todos bajo ese famoso síndrome, porque yo tampoco consigo encontrarle pies ni cabeza.
      ¿Recordáis a don Pascual, el del jardín de Villaba?
     ¿Cómo el del jardín de Villaba? Recuerdo perfectamente un tipo estrafalario que se coló de rondón en la preproducción, pero no recuerdo para nada una localización en Villaba. Es más, ese tal don Pascual salía sobre un sin-fin gris azulado. No pretenderás que a estas alturas volvamos a rodar la escena.
      Mira, guapo, lo que no puede ser no puede ser, y además es imposible. Con estos bueyes hay que arar y ese don Pascual se va a quedar donde está y como está. Por cierto, ¿quieres explicar de una puñetera vez que tienen que ver en este asunto el famoso don Pascual, el jardín de Villaba, C., y M.L.?

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