No creo que haga falta decir que Mitsuo Miura es un artista japonés que lleva la mayor parte de su vida viviendo en España. Tal vez si que sea pertinente añadir que en su trabajo, -sus trabajos- utiliza y ha utilizado muchos materiales, muchas técnicas diferentes, lo que hace , por suerte, imposible clasificarle en un estilo o una disciplina concreta.
En este caso, Mitsuo Miura nos propone una intervención minimalista en un espacio tan difícil como es el Palacio de Cristal del Parque del Retiro de Madrid. Apenas unos círculos, de poco más de un metro de diámetro, pintados con colores pastel, colgados del techo o puestos en el suelo en la misma vertical que los que están suspendidos. Tan sencillo como eso y tan difícil a la vez. Porque la sugerencia de columnas que implica la vertical entre dos círculos, llena el espacio dejándolo diáfano a la vez, con lo que la presencia de la arquitectura del edificio resulta aún más visible. Y la naturaleza en forma de árboles que deja ver el edificio a través de sus paredes y techo de cristal no hace sino acompañar a esas columnas que nosotros nos hemos inventado. En realidad nos las hemos tenido que inventar, porque si la sugerencia no surte efecto y no "vemos" las columnas invisibles, la obra resulta incomprensible. Y ese es el reproche que se le puede hacer a este trabajo de Mitsuo Miura: que es hermético aunque bello y que, para que "funcione", es el espectador quien tiene que poner de su parte lo fundamental, es decir, las columnas inexistentes.
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