viernes, 5 de julio de 2013
LA CALLE DEL DOCTOR FOURQUET.
La calle del doctor Fourquet, en Madrid, está de moda. Es el no va más en el mundo del arte. ¡Que dure y que sea para bien!
Hace ya muchos años, la parte inicial, la más alta, la más cercana al museo Reina Sofia, ha sido lugar de galerías y espacios de arte. Imposible recordarlos todos: la galería de Helga de Alvear, el veterano espacio de Cruce, Pensamiento Contemporáneo, la galería Espacio Mínimo, ... Ahí estuvo también la pequeña galería que abrió y cerró Mitsuo Miura, la recién abierta Galería García, ... lo dicho: imposible recordarlos todos. Y ahora menos aún, porque desde hace algunos meses ha comenzado a poblarse de espacios de arte y similares el tramo bajo, el que está al sur y que parte de la calle Argumosa. Allí se ha trasladado la galería Fúcares y otras dos o tres más, aparte de la Sala Mirador, dedicada a conciertos, una agencia de comunicación digital con unos escaparates muy ilustrados y hasta un enorme solar abandonado y "okupado" con permiso del ayuntamiento, gestionado por vecinos que se llama "Esto es una Plaza" y que pretende ser también un espacio cultural.
En la calle hay bares animados, exposiciones de FotoEspaña, muros con pintadas espectaculares y la casi constante asistencia de gente joven que da animación a una calle estrecha y de muy poca circulación de coches.
Ayer, 4 de julio, a las 20,30 horas estaba anunciada la presentación de un corto titulado "Mar y Montaña" en la galería Fúcares. Con la esponsorización etílica de una marca de ginebra y otra de agua tónica. Todo organizado por una nueva empresa, (Cult)Cards, dedicada a la animación de eventos culturales. Pero mejor no hablar de ello. No hablar de una presentación que se retrasó casi una hora. (Explicaciones de la empresa novata: problemas de una conexión ordenador-vídeo por un cable no compatible -algo que cualquiera que ha hecho una presentación sabe que ocurre con frecuencia y que hay que verificar las conexiones hasta tres veces antes de empezar.) No hablar del corto en el que dos chicas monas y con una vocalización horrorosa, mantienen una conversación supuestamente graciosa e interesante -supuestamente- mientras esperan a que les sirvan un arroz de mar y montaña. No hablar de la mala acústica del espacio, algo que Norberto Dotor, de Fúcares, debería tener en cuenta. No hablar de los muchos que salimos a la calle para huir del ruido interior, ...
Pero seguro que Fúcares, (Cult)Cards y todos los demás habitantes de la calle del doctor Fourquet seguirán aportándonos muchas, nuevas, mejores y más puntuales cosas.
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