domingo, 22 de septiembre de 2013

CHAPEAU MONSIEUR SCHNABEL!!**



He visto la película "La escafandra y la mariposa" dirigida por Julian Schnabel: Chapeau!!
El primer acierto es haber elegido el libro de Jean Dominique Bauby del mismo título. El señor Bauby era redactor jefe de la revista Elle y a los 43 años sufrió un infarto cerebral que le dejo paralizado de los ojos para abajo, excepto las funciones vitales de la respiración, la circulación, la digestión y el pensamiento. Incluso de los dos ojos tuvieron que coserle uno. Sólo podía mover un ojo y el párpado de ese ojo. Aún así, fue capaz, con ayuda de una logopeda y una periodista, de crear un lenguaje y escribir el libro en el que cuenta su historia, su accidente y su vivencia dentro de ese cuerpo inmovilizado. Una historia con una fuerza  y una humanidad sorprendentes.

Pero eso, con ser mucho, es sólo la base. Y sobre esa base, un brillante director de cine ha creado una película que, lo he sabido después vía Internet, llegó a conseguir cuatro oscars. Con una utilización realmente arriesgada de la cámara subjetiva, Schnabel ha puesto en imágenes, sonido y movimiento la historia del señor Bauby. Estupenda la realización, la iluminación, la interpretación -otro acierto inmenso, poner a Max von Sydow en el papel del anciano padre del protagonista. Ver llorar de emoción a Max von Sydow es ver una interpretación genial en su naturalismo y en su credibilidad- las localizaciones, la dirección de actores, los encuadres atrevidos de la cámara subjetiva, en fin, todo lo que comporta una película está ahí y está muy bien puesto. Para rematar, la banda sonora es excepcional, con el sonido supervisado por el mismo Schnabel, donde hay hasta una canción de Tom Waits, aunque no he podido confirmarlo en los títulos de crédito demasiado rápidos. Y si no canta Tom Waits lo hace alguien con una voz tan rota como la suya y canta una canción tan emocionante como las del americano. Ya en un plano más personal y subjetivo debo decir que también me ha gustado mucho ver la versión original en francés. No es fácil oír durante dos horas seguidas hablar francés, que es un idioma que me gusta mucho, por su sonoridad, por su proximidad. ¡¡Enchanté mon ami!!

Tengo que decir, en honor a la verdad, que no he visto ninguna de las otras dos películas que ha dirigido Schnabel: "Basquiat" y "Antes de que anochezca". Y debo decir también que de su obra pictórica no estoy en absoluto convencido. Tampoco me convenció nunca mucho su postura provocadora y soberbia, todo hay que decirlo. Por eso también hay que decir que con esta película da una muestra evidente de su inteligencia y sensibilidad. Lo dicho, señor Schnabel: Chapeau!

**Después de publicada esta entrada, el multifacético artista Giusseppe Dominguez me envía una reseña que escribió en 2008, cuando era crítico de cine:
"La escafandra y la mariposa

Conmovedora historia sobre las ganas de vivir, el amor a la vida, la superación y la esperanza activa, esta película de Julian Schnabel basada en la novela escrita por un hombre que, al salir de un coma, tan sólo puede expresarse por medio de un ojo.

Jean-Dominique Bauby, encarnado con gran contención por Mathieu Amalric, editor jefe de la celebérrima revista de moda Elle, sufrió un ataque en 1995 que le sumió en una enfermedad conocida como el Síndrome de Cautiverio, que provoca una parálisis completa en la que el afectado puede oír, comprender, recordar y, como único medio de comunicación hacia el exterior, le queda el movimiento de un párpado.

En el hospital, superando lo que parecía inevitable gracias a la ayuda de una logopeda dulcísima interpretada por Marie-Josée Croze, redacta, letra a letra, una novela titulada “La escafandra y la mariposa” sobre sus experiencias en el hospital.

La brillantísima adaptación que de esta novela ha hecho el guionista Ronald Harwood, así como la dirección artística, logran que no solo sea una historia emocionante, sino también audiovisualmente interesante.

El film comienza con una serie de secuencias con planos subjetivos en los que nos presenta a todos los personajes desde la inmovilidad y la impotencia del protagonista recién salido del colapso sufrido adaptándose a su nueva realidad, su nuevo y definitivo entorno y sus nuevos proyectos que incluyen la creación de esa obra.

Bauby, seductor amante de la belleza femenina, se ve rodeado en su reciente situación de atractivas mujeres, como la madre de sus hijos, Celline (Emmanuelle Seigner), su ayudante en la redacción de la novela, Claude Mendibil (Anne Consigny), la logopeda, Henriette (Marie-Josée Croze), la terapeuta, Marie (Olatz López Garmendia, esposa en la vida real del director) e Inés, su actual pareja que no acude a verle pero que está en sus pensamientos y en sus recuerdos constantemente.

Estas preciosidades verosímiles captan la mirada del inmóvil Bauby, a través de quien descubrimos un mundo de sensualidad erótica inesperada en una película como esta. Especialmente notable la secuencia en la que la terapeuta intenta que Bauby mueva los labios o la lengua imitándola.

La trama principal, en la que el personaje se siente como aislado dentro de una escafandra, va siendo entrelazada con sus recuerdos e imágenes generadas por su imaginación y su fantasía: las mariposas.

Este recurso de insertar secuencias de evocaciones, algo oníricas en ocasiones, además de aportar dinamismo a la narración, ha sido muy sabiamente usado por el pintor-director para ofrecernos una cuidada elección de planos con ángulos inusuales, unas composiciones visuales muy evocadoras y una fotografía de belleza incalculable. No es casual que Schnabel contara para ello con Janusz Kaminski, operador de la mayoría de las películas de Spielberg.

A la riqueza audiovisual y narrativa, se le suma una impecable interpretación de todos los actores, que se han de enfrentar en muchos casos a la cámara directamente en primerísimos planos haciéndonos creíble su acercamiento a un personaje yaciente en cama. Magistral la recreación del padre de Bauby por Max Von Sidow.

Aunque se puedan venir a la mente películas como “Cuando Johnny cogió su fusil”, de Dalton Trumbo o la famosa historia de Ramón Sampedro contada por Amenabar, esta particular cinta contiene mucho más optimismo que ambas y mayor originalidad que la segunda. Muy merecido el premio a Mejor Director del pasado Festival de Cannes para Schnabel."


Gracias Giusseppe por tu estupenda reseña.

 

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