Había mucha gente en la Puerta del Sol de Madrid la tarde del sábado. No tanta como en otras convocatorias, pero seguía siendo un espacio vivo con gentes de todo tipo y pelaje. Reivindicativos y turistas, pedigüeños y policías, comediantes y gentes de Greenpeace, grafiteros de suelo y hombres-estatua. Todo bullendo en una magnífica tarde de otoño. Las fotos dan buena cuenta de ello. Curiosamente no había chinos vendiendo latas de cerveza. Deben haber aprendido ya que en las convocatorias del 15M no son bienvenidos porque "La revolución no es un botellón".
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