martes, 8 de octubre de 2013

SOL-o DE HECTOR CANONGE.

Hector Calonge realizó su performance con seriedad y convencimiento. Fue en El Patio de Martín de los Heros de Madrid, ayer 07 octubre 2013, a las 20,30h.
Claro que la seriedad no tiene por qué incluir la rigidez y el convencimiento no tiene por qué incluir la autocomplacencia.

Hector Calonge tiene una tarjeta de presentación en cuyo dorso figura una buena lista de museos e instituciones en las que ha presentado su trabajo. Actualmente está realizando una gira por diversos países  y ciudades de Europa que él llama Proyecto TROTAMUNDOS. En alguno de los textos sobre este proyecto, H. Calonge habla de los soles que le han recibido en los distintos países por los que ha pasado. Tal vez el título de su performance tiene que ver con esos soles y hay un juego letrista con el solo de soledad. 

Todo lo que sigue a continuación son sospechas sin confirmar, como la que se refiere al título, porque en la performance que vimos no hay nada que nos pueda conducir a ese sol y esa soledad, a menos que entendamos que una vela encendida y mostrada a diestra y siniestra significa al sol. Ya digo, pura sospecha.

En mi opinión, las performances que se hacen en América y especialmente en Latinoamérica, y hechas por latinos, se dividen en dos grandes grupos: las reivindicativas y las rituales. Las reivindicativas lo son de carácter político y abarcan temas que van desde el feminismo hasta el ecologismo, pasando por las puramente de intervención social. Las acciones de la artista mexicana Lorena Wolfer, las del maestro uruguayo Clemente Padín, o las de la también mexicana Lorena Méndez, entre otras muchas, pertenecen a este primer grupo.
Las del segundo grupo son performances que revisten un caracter ceremonial, muchas veces ligado a los cultos precolombinos y como una reivindicación de esa supuesta Arcadia que era el continente antes de la llegada de los europeos. Jessica Fairfast  (estadounidense que vive en la República Dominicana) o Charo Oquet, (de la República Dominicana que vive en Miami) o los mucho mas conocidos Guillermo Gómez Peña y sus "Pocha Nostra", se encuadran en esta corriente que pone en marcha espectáculos rituales para deleite de los espectadores.
(Imágen de Guillermo Gómez-Peña de La Pocha Nostra)

Por un momento pensé encuadrar a H. Calonge en este segundo grupo, pero viendo la documentación de su performance no puedo decir que haya una liturgia, a pesar del empleo de materiales litúrgicos como el aceite (óleo), el lavatorio de manos cercano al final y la pseudoautoagresión con la que finalizó su actuación.
He contabilizado más de sesenta movimientos (actos) significativos en la performace "SOL-o", pero no he encontrado el hilo conductor que pueda unir tanto cabo suelto. Por seguir con la vela ya citada, aparece al principio de la performace, se deposita en el centro de la sala y desaparece de la acción hasta que, al cabo de un tiempo, se muestra a derecha e izquierda y vuelve a desaparecer. La tela con la que aparece envuelto al comienzo, luego se la quita en lo que parece un despojamiento de los ropajes, pero que no llega a la desnudez (¿acto fallido?). El charango que suena nada más comenzar la actuación, también desaparece rápidamente y de él nunca más se supo. Los confetti regados por el suelo, como quien siembra a boleo tampoco ayudan mucho a saber de qué va el asunto. Los globos, rojos, verdes y amarillos, rellenos con más confetti que revuela al estallar los globos ¿por qué esos colores? ¿Las explosiones/confetti de los globos son agresivas o festivas? El aceite con el que se autounge ¿me lleva a algún lugar? La participación de los asistentes, obligada con insistencia, ¿es de recibo? No llegó Calonge al caso de una conocida performer barcelonina, que llegó al extremo de perseguir correteando por todo el espacio a un espectador que no quería participar en su performance. En el caso de Calonge, su forzado silencio convertía sus gestos petitorios en órdenes apremiantes e insistentes. ¿Qué autoriza al performer a esa exigencia?  Hablando del silencio autoimpuesto, en un momento de la actuación se libera de unas cintas rojas que le amordazaban. A pesar de ello, no recuperó ni el habla ni el sonido. Al final de la representación hace sonar un tema musical clásico ¿de qué va eso? 




Son muchos, demasiados movimientos inconexos, muchos actos sin continuidad que dificultan, si no imposibilitan, una lectura de lo que está pasando.
Finalizó la representación vertiendo sobre su cabeza el líquido sobrante del lavatorio de manos. Y al hacerlo giró desde su postura inicial de espaldas al público hasta la posición frontal, pasando por giros a izquierda y derecha. ¿una representación urbi et orbe, como las bendiciones del Papa? Dudas y sospechas y nada más.




NOTA: Mientras escribía mis dudas no he parado de pensar en una acción que presentó el artista madrileño Carlos Felices en el último de los festivales que organizó el Centro de Arte Moderno y que recientemente fue recogida en una tesis doctoral realizada en vídeo. La acción se titula "Curso Básico de Performance: 
1.- Moverse lentamente, concentrado, con aspecto interesante. 
2.- Hacer algo sin mucho sentido, pero que parezca que lo tiene. 
3.- Realizar algo histriónico y exagerado. 
4.-Hacer algo ridículo y grotesco. 
5.- Pertenecer a un grupo o tendencia."


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