viernes, 7 de febrero de 2014

LO DEL INSTITUTO CERVANTES.


El pasado martes día 4 de febrero fui al Instituto Cervantes a escuchar a Antonio Carmona "Habichuela", presentar, junto con su mujer Almaría, su particular visión del flamenco y su historia. La entrada era libre y gratuita, hasta completar aforo. Pero estuve a punto de no poder entrar.

El acto comenzaba a las 19,30h. Como conozco lo reducido del espacio escénico del Instituto, como se del gran predicamento de Juan Carmona, quise curarme en salud y estaba en la puerta a las 18,30h. Ya ocupaba el puesto 12 en la cola de espera.

Durante la hora de espera vinieron varias personas que hablaron con el guardia de seguridad y con la mujer que organizaba la entrada al acto. Repartieron a esas personas unos papelitos con números escritos allí mismo y entre las personas que los recogieron y los que vinieron después y recogieron el papelito, calculo que entraron unas treinta personas.

Vino también Juan Carmona, junto con alguien que le llevaba la guitarra y entraron. Llegaron también dos mujeres, una joven y rubia y otra mayor que llevaba una criatura de la mano. Luego supe que eran Almaría y su hijo/a. En total unas treinta y cuatro personas y una criatura.

Llegaron las 19,15h., y comenzó la admisión al espacio. Nos hicieron pasar en tandas de a 10. Cuando llegué al espacio, en la segunda tanda, ya había allí más de cien personas!!!. Y estaban reservadas las dos primeras filas. En total otras treinta butacas. En un espacio que tiene capacidad para doscientas personas escasamente.

¿Quiénes eran esas personas? ¿Por dónde habían accedido al espacio? ¿Por qué no habían estado en la cola de espera? ¿Personal del Instituto? ¿Familiares y amigos? ¿Amigos de quién? ¿Amigos de los amigos de mis amigos?

Conozco a algunos artistas que han viajado a diferentes sedes del Instituto Cervantes, porque tenían una "amiga" dentro. Y con motivo de determinados nombramientos para director del Instituto en alguna ciudad "molona", también han hablado los medios de amiguismo.

Junto a mi, en el salón de actos, se sentó una pareja de mediana edad. Ellos también se sorprendieron de la presencia de tanta gente que no había pasado por el acceso abierto al público. Ellos también hablaron de amiguismo. ¿Será que el Instituto Cervantes quiere normalizar el uso de la palabra y no dejárselo todo a la "trama Gürtel"? Me temo que no saldremos de dudas. Pero si quieres asistir a algún evento en el salón de actos del Instituto Cervantes, ya sabes: o una hora de espera o un amiguismo oportuno.

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