martes, 25 de noviembre de 2014

95 AÑOS DEL METRO DE MADRID.

 Cualquier excusa es buena para autopromocionarse y gastar dinero en publicidad. Eso es lo que hace la Compañía Metropolitana celebrando los 95 ?! años de la apertura de la primera línea del metro madrileño. ¿Por qué 95 y no 94 o 96? ¿Por qué no esperar a los 100, que es lo suyo? Porque de lo que se trata es de eso, de autopromocionarse y dar dinero a las empresas de publicidad, que luego tendrán que recomendar a sus clientes los soportes publicitarios del metro. El mismo argumento que le ha llevado a vender el nombre de la más emblemática estación, la de Sol, que ya no se llama así sino con el nombre antepuesto de una compañía telefónica. Se trata, por supuesto, de hacer negocio. Y nadie tiene derecho a quejarse, pues se trata de rentabilizar el transporte público, para que no sea tan gravoso a las arcas del Consorcio de Transportes. El mercado es el que manda y vender el espacio público para su uso publicitario algo de lo más fetén. Cualquier día de estos, los usuarios del metro tendremos que cantar el himno de una compañía para acceder al servicio, si no llevar, durante todo el trayecto, una pegatina con el logotipo de la empresa. Reflexión aparte merece el uso de algunos vagones originales de la primera línea. Y uno se pregunta: si estos vagones pueden usarse, ¿por qué ha habido que cambiarlos? ¿No se tratará de dar dinero a la empresa fabricante? Visto lo visto, no sería nada extraño.

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