Parece que ahora, los lugares dedicados a la exposición y venta de objetos de arte, se llaman espacios y no galerías. No se si tendrá algo que ver con el IBI o con los impuestos municipales o los de Hacienda, sea como sea, el Espacio Valverde, en el número 30 de la calle del mismo nombre en Madrid, es, como corresponde a una galería que empieza, pequeño y angosto.
El 7 de abril termina la exposición que ROBERT FERRER I MARTORELL tiene en el Espacio Valverde. No creo que sean más de diez los objetos expuestos. "... cajas de metacrilato ancladas sobre pared ...", las de menor tamaño pueden mirarse más de cerca, incluso desde los laterales, para mejor entender la disposición de los objetos que incluye cada caja; el problema viene con las dos piezas de mayor tamaño, que tampoco es mucho, porque la iluminación de sala no les hace ningún favor. Pude presenciar como el galerista hacía alguna prueba con otro tipo de iluminación y el resultado era peor aún. Compárese la fotografía superior, proporcionada por la propia galería, con la que figura debajo:
He dicho más arriba que estos trabajos de Robert Ferrer son difíciles de ver. Aclaro que más que difíciles son exigentes. Exigen de quien las mira una mirada más completa, más atenta, que busque ángulos nuevos, que no se limite al frontal, que se acerque para comprobar que hay partes que "flotan" en el aire al estar suspendidas de finos hilos de nylon, que compruebe como modifican la visión de la pieza las protuberancias y hendidos de la superficie, ...
Por lo demás, creo que no hay nada que comprender en estas obras. Sólo sus materiales, su colocación, sus sombras y, cuando se pueda y donde se pueda, sus luces. Siendo objetos muy cercanos a la decoración pura y dura, tal vez esta dificultad en "entenderlos" en su totalidad sea un aliciente para los compradores que siempre podrán enseñarla a sus amistades con un "... y mira desde aquí que bonito efecto!"
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