lunes, 23 de noviembre de 2015

ARTE Y MEMORIA.

Entre ayer y hoy he conocido tres eventos en los que se trabaja con la memoria. Dos son eventos artísticos con gran carga política y el tercero es directamente político.
Como es bien sabido, una de las principales funciones de la memoria es el olvido. Sin el olvido no podríamos vivir. El olvido tiene como objetivo librarnos de toda la información inútil y dañina que acumulamos en la vivencia diaria. Es una función saludable y muy necesaria que nos ayuda a superar el dolor y el tedio.
Parece sin embargo que los comisarios del apartado "Appunti", dentro de #ineditos2015 que se presenta en La Casa Encendida de Madrid, no lo han tenido en cuenta. O lo que puede ser peor, han decidido que preferían traer a la memoria a alguien que sólo merece el olvido. Así, en la sala donde presentan su trabajo, podemos ver una serie de fotografías que la infame Leni Riefenstahl le regaló al no menos infame A. Hitler con motivo de un cumpleaños. Dos personajes que tendrían que estar bien cubiertos de polvo pero que estos jóvenes comisarios se empeñan en actualizar. ¿Por qué? ¿Es una reivindicación? ¿Es preparar el camino para que las acuarelas del dictador alemán salgan al mercado? ¿Es una celebración de la estética nazi que creó la cínica Riefenstahl? Voy a procurar no olvidar los nombres de estos impresentables comisarios para evitar cualquier tipo de relación con ellos.

El segundo evento artístico es un vídeo que hace circular en Facebook el blog "Contraindicaciones", del artista Reuben Moss. Es la parodia de un noticiario donde se difunde la noticia de que Franco sigue muerto. Pero el artista y el blog se empeñan en resucitarlo. Ignoran la función limpiadora del olvido, o tratan de sacar partido a lo que consideran una "veta" provocativa. Acabarán llevando al muerto al panteón de hombres ilustres, como hicieron en Francia con el dictador Napoleón.

El tercer evento es la convocatoria en un hotel muy céntrico de Madrid de un acto en homenaje a Franco, organizado por la fundación que lleva el nombre de quien tanto daño le hizo a este país. Esta vez clara y abiertamente contra el olvido. Hay también una campaña en los media para recoger firmas contra la celebración del acto. Unos y otros se empeñan en hacerlo presente.

¿Cuándo podremos quitarnos de encima tanta carroña memorabilística?



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