lunes, 23 de noviembre de 2015

ZONA DE CONFORT / CUADERNO DE CHENGDE_14


 30.09.2015 Miércoles / 09h.
Lo dijeron los clásicos: cada día tiene su afán. He querido lavar mi ropa en la lavadora del hostel pero estaba ocupada. El gerente me ha dicho que se la dejase que él me la lavaría. Son 10 yuanes por el servicio. Un euro y medio. Ahora, sentado en la biblioteca, creo que las dos o tres próximas horas me serán muy útiles para afianzar el vocabulario corporal que empecé ayer. Anoche, parece que con motivo de la despedida de un pakistaní, hicieron una barbacoa en el patio y me invitaron. Como ya había cenado esperé a que el grupo de cuatro chicos y dos chicas jóvenes mas el pakistaní, que debe andar por los treinta y tantos, comiesen sus pinchos morunos que es lo que aquí llaman barbacoa. También había vino de arroz y como no lo había bebido nunca lo probé. Un aguardiente con regusto a arroz y almidón. Para las borracheras exprés. El pakistaní, de nombre impronunciable y menos recordable, quería saber cosas de mi: ¿hijos, esposa, casado, divorciado, cuántas veces, por que no hijos, qué edad, se vive mejor con esposa o sólo, …? En eso el pakistaní se comportó muy chinamente: preguntar mucho, incluso de la intimidad, no es indiscreción. Es muestra de interés por el otro. En este caso la excusa es que como soy mayor tengo experiencia y conocimiento y él quería que le aportase algo de todo ello. Por supuesto la conversación fue en inglés que él definió como su idioma y que domina perfectamente. La conversación fu un poco de todo, política, economía, ecología y visiones de la vida en general. Cuando le pregunté por la situación política de su país me dijo que era una casa con cuatro habitaciones-etnias, pero que ahora USA estaba fomentando el separatismo de una de las regiones porque está próxima a China y quieren poner allí sus bases. Luego enumeró las razones de los yankis para promover las guerras. Entre ellas, además del petróleo y el dominio territorial, porque aprovechan los órganos de los muertos para trasplantes. Puede que en algún caso haya sido así, pero dudo que sea una motivación y un uso generalizado. Recuerdo ahora que se dijo que los mayores proveedores de órganos a USA son los chinos, con los órganos extraídos a los condenados a muerte que, con tanta población, son muchos cada día. Se dijo que incluso habían cambiado el sistema de ejecución del fusilamiento al tiro en la cabeza para no estropear órganos. Se dijo también que habían llegado al refinamiento de extraer los órganos la noche antes de la ejecución porque el órgano de “donante” vivo es mucho mas viable que uno de donante muerto. Lo que si es cierto es que los ricos, sean de donde sean, compran órganos, compran vida. La conversación con el pakistaní llegó a la religión y él, como mahometano convencido, redujo todo su discurso a las bondades del islam, las maravillas de Alah y las historias del profeta. Deduzco que es de adscripción chíita porque definió chíita como “humanidad”, pero no hizo definición de lo sunita. Me despedí de todos y me fui a dormir. He dormido bien. …………………………………………………………………… …..……………………………………………………………… ……………..…………………………………………………… ………………………..………………………………………… …………………………………..……………………………… ……………………………………………..…………………… ……………………………………………………….…………… …………………………………………………………………. ………………………………………………………………… ………………………………………………………………… ………………………..……………………………………… ……………………………………..………………………… ………………………………………………….…………… ………………………………………………………………. ………………………………………………………………… ………………………………………………………………… ………………………………………………………………… ……………………………………….………………………… ………………………………………………………………… ………………………………………………………………… ………………………………………………………………… …………..…………………………………………………… ………………………................................................................
La tarde se metió en lluvia y a partir de las siete, ya de noche, no ha parado de llover con ganas. Parece que seguirá así toda la noche. Cuando terminé de cenar, sobre las siete, volví rápido al hostel cubriéndome con una bolsa de plástico y pensando en una poca ropa que había dejado terminándose de secar. Pensé que tendría que dejarla fuera toda la noche porque llovía fuerte y entre las cosas que había dejado había una toalla y un par de camisas. Todo debía estar ya empapado. Cuando llegué al patio del hostel respiré aliviado: el gerente había resguardado la ropa bajo la cubierta del patio. ¡menos mal! Le di las gracias y recogiendo la ropa pensé que lo primero que he escrito hoy es que cada día tiene su afán. Y así ha sido de principio a final. Lavar, tender y recoger la ropa sin que se mojara. Estos últimos días, a propósito de lo que escribo y mi experiencia aquí, me viene a la cabeza la idea de banalidad. La vida, esta mi vida, es banal. Es cierto que podría escribir sobre lo mismo con un tono más desgarrado, o más cómico. O con adjetivos mas acerados e hirientes. Me pregunto si eso mejoraría los textos. Probablemente serían mas literarios. Pero menos verdad. La vida, esta mi vida de ahora es banal y en eso consiste su gloria: la ausencia de dolor, de amor, de odio, de risa y de llanto. La inmediatez de la vida interior y el intento, ya sabido que vano, de objetividad. Carpe banalidad.

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