lunes, 23 de noviembre de 2015

ZONA DE CONFORT / CUADERNO DE CHENGDE_13


 29.09.2015 Martes / 11h.
 
Como de noche he dormido mal, me he levantado algo mas tarde de lo normal. Después he ido a cambiar dinero. El Banco del Pueblo de China (Banco de China) me ha pagado 30 céntimos más por cada euro. No se si porque se ha apreciado el euro, se ha depreciado el yuan o porque en las oficinas de cambio del aeropuerto roban más. Ahora, por un euro me dan 6,9… yuanes. Preguntar y que me entiendan y entender que sólo cambia moneda el Banco de China. Preguntar dónde está el mas próximo, que me lo expliquen y lo entienda, para mi es un progreso. Luego he venido al parque con instalaciones para ejercicios físicos. A esta hora ya hay poca gente y he podido probar unos cuantos aparatos. Sencillos y eficaces. Nunca antes había usado uno de ellos. Compruebo que exigen poco esfuerzo y que cada uno trabaja sobre músculos y zonas del cuerpo diferentes. Algo ya sabido, por supuesto, pero la experiencia es nueva. Me gustan especialmente unas espalderas con rodillos verticales. A mi espalda poco, o mejor dicho nada, acostumbrada a dormir sobre una tabla como duermo ahora, el masaje de estos rodillos le sienta muy bien. Esto de probar las cosas tiene su aquel. Nunca antes había probado a beber agua caliente. Beberla como bebida. Los chinos suelen invitar a hacerlo: “Ven a tomar el agua” y en algunos restaurantes la sirven nada mas sentarte a la mesa. Debo decir que sin que me guste, me sienta bien. Es otra experiencia diferente. Con las comidas pasa un poco igual. A pesar de que puedes elegir el plato por fotos -de los nombres conozco muy pocos y la cocina china es amplísima- lo que te encuentras cuando te sirven es siempre una sorpresa. Descubrir las texturas y los sabores, identificar lo que comes por sí mismo y no por el nombre, es también una nueva experiencia. Irán pasando los días y reconoceré las cosas antes de comerlas, pero por ahora, cada día tiene su descubrimiento. ………………………………………………………………………
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He pasado un buen rato buscándola, pero por fin la he encontrado: es una sala de lectura no muy grande, pero con mesas corridas y muchas sillas. Por supuesto, aunque llega el ruido de la calle, que es una de las principales, aquí hay un silencio amoroso. La mayor parte de la gente que está aquí son jóvenes estudiantes -ellas- y luego personas mayores que visitan una gran sección de prensa diaria. Apenas hay un par de chicos y uno de ellos está con su novia. La biblioteca tiene wifi y la clave está en las paredes; “usuario: guest, contraseña: guest123”. Dentro de muy poco no será necesario el chino para venir aquí. Con el inglés será suficiente. Por la gran cantidad de gente joven que lo habla y la cantidad de rótulos y avisos públicos que están traducidos. Por ejemplo las señales viales de direcciones están en bilingüe chino-inglés. Y por si eso fuera poco, con los programas traductores de voz de los móviles, la barrera del idioma deja de serlo. Pienso venir mucho a este espacio de silencio que me permite escribir y estar protegido de la lluvia o el frío.  ………………………………………………………………………………… …………………………………………………………………………………. ………………………………………………………………………………….

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