lunes, 9 de noviembre de 2015

ZONA DE CONFORT / CUADERNO DE CHENGDE _06


21.09.2015 // 09.30h  …………………………………………………………………......
Sobre el enorme jardín del Palacio Imperial de Verano, dos parapentes con motor cruzan el cielo con publicidad y ruido. Mas poesía cutre. …………………………………………………….....................
Para ellas, de adolescentes a maduras, el negro -de arriba a abajo- es el color elegante. No se si de temporada, pero se ve mucho. Las cohetadas, frecuentes por las mañanas, indican boda. .………………………………………………...........................
Para entrar al recinto del Palacio Imperial de Verano la gente utiliza tarjetas magnéticas y, además, la lectura de la huella digital. Desde la entrada se puede ver en el interior cientos de personas moviéndose con esas coreografías a las que son tan aficionados. Estos textos podrían llamarse “Flaneríes chineses”. En un cartel a la entrada del Palacio, entre otras cosas, se prohíbe escupir!! ………………………………………………………....................

Hijo único, hijo gordo. Como en todos los países pobres, estar gordo es símbolo de riqueza. A pesar de la política del hijo único se ven muchísimos niños (ellos) de edad preescolar con sus madres o abuelas absolutamente pendientes de ellos. .……………………………………………………………...........

Toda la mañana, a la entrada del lugar turístico por excelencia de Chengde, han pasado miles de personas. No he visto ningún occidental ni africano. Escribo la primera postal de la serie “Dejar huella”: Hola desde España. La dejo junto al árbol en el que he estado apoyado, sentado en el paseo a la entrada del recinto del Palacio. He caminado un par o tres de kilómetros hasta el extremo Norte del recinto. Allí hay una torre de 10 plantas, octogonal, con estupendas puertas y contraventanas de madera, todas cerradas. Es una construcción antigua muy bien conservada. En cada uno de los aleros angulares de cada planta, hay una pequeña campana. Cada una afinada en un tono diferente. Se ha levantado una ligera brisa y las campanas de las plantas superiores suenan. Las campanas tienen un cable que lleva al interior de la torre. ¿Serán tiradores para hacerlas sonar tipo Llorenç Barber? Las campanas mas altas suenan mas agudas y viceversa. Así, por el sonido de la torre se puede decir la fuerza del viento. En una zona (¿privatizada? ¿en alquiler?) junto a la torre hay una convención de profesionales de bodas. Todos los ricos son horteras, pero aquí, como son nuevos ricos y todavía no han perdido “el pelo de la dehesa”, que dicen en Salamanca, se nota mucho mas. Se compran coches grandes, todoterreno, negros, con los cristales ahumados, como los coches oficiales y de la policía. Suele conducir un hombre joven y gordo. El viento sopla ligero. Suenan las campanas y caen las hojas de los árboles. Ayer comenzó el otoño. ……………………………………………………………….........
Escribo la segunda postal de la serie “Dejar huella”. La primera no duró ni cinco minutos donde la dejé. Una mujer de la limpieza, directamente con la escoba la ha metido en la basura. Espero que a la segunda le vaya mejor. Hoy el día está nieblo-nublo y me explico por qué en la pintura china tradicional los paisajes siempre tienen niebla. Si le sumamos la contaminación, aunque aquí no sea tanta como en Beijing o Chengdu, es lógico que a las 5 de la tarde sea casi noche y tenga que encender las luces de la habitación en la que escribo. …………………………………………………………..................

EL EFECTO DEL LARGO VIAJE ME HA PROVOCADO UN DESCUADRE DE FECHAS Y TIEMPOS, POR ESO EL TEXTO QUE SIGUE CORRESPONDE A DOS DÍAS ANTES.

Acción Habitación” El domingo 20.09.2015 amaneció un buen día. Con nubes altas pero claro. Mi principal preocupación entonces era buscar un alojamiento barato para el mes y medio que me queda de estar aquí. Quería encontrar una habitación en casa de una familia para, además, poder cocinar algunos días y también para hablar con los de la casa y practicar un poco el idioma. Sin saber muy bien qué hacer fui a la entrada de unos bloques altísimos de viviendas situados frente al hotel. Era temprano, sobre las nueve, y la gente entraba y salía del recinto que, como la mayoría de los grupos de viviendas que he visto, tienen el acceso cerrado con verjas metálicas accesibles con tarjeta magnética. Las torres son de reciente construcción y eso me hizo pensar que con baño incorporado. Pensé que estaría bien que alguien tuviese una habitación vacía y quisiese alquilarla. Como ya conozco el entorno, me vendría muy bien. Ahora, fuera, el viento ha aumentado y ha comenzado a tronar y a llover. …………………………………………………………………...

En el mismo cuaderno en el que escribo estas notas escribí en chino: “Quiero alquilar una habitación por un mes. ¿Tienes una?” Al principio la gente pasaba sin mas. Luego, poco a poco, fueron mirando el texto que vi cómo silabeaban y entendían porque me miraban, decían que no y seguían su camino. Salía y entraba la gente endomingada. De todas las edades y pertenecientes, según creo, a las clases medias. Algunos incluso me pedían confirmación: “¿Una habitación?” “¿Un mes?” Pero seguían su camino. En todo caso no tuve que esperar mucho: unas dos horas. Un chico y una chica a los que había visto al entrar al recinto salieron y, tras una difícil conversación, con la mediación del móvil del chico que tiene una app de traducción por voz inglés-chino y una muy breve conversación con otra voz femenina, entendí que cerca de allí había una habitación disponible y que podía ir a verla, que la pareja me acompañaría. Cruzamos la calle, pararon un taxi y en menos de cinco minutos estábamos en la “calle de atrás” de una de las céntricas calles comerciales. Allí salió a esperarnos la chica joven con la que hablé por teléfono que pagó el taxi y despidió a la pareja. Con ella nos dirigimos al lugar que está situado como en una tercera planta-terraza tras dos tramos largos de escaleras exteriores, el segundo de los cuales, metálico y herrumbroso. Hay un pequeño patio abierto, con algunos sitios para sentarse y lo que luego comprendí que era un tablón de anuncios. Un hombre y una mujer mayores también me reciben y saludan. Hay una como casa baja con siete u ocho puertas alineada haciendo pasillo con el pretil del patio-terraza. Abren una de esas puertas y hay un minúsculo espacio al que se abren tres puertas. Cada una de ellas cerrada con un candado vulgar. Puertas y paredes desconchadas. Abren las tres puertas y me invitan a ver y elegir una de las habitaciones. Cada habitación tiene una ventana y encajada de parte a parte una cama dura. No hay silla ni mesa ni armario, pero hay un hueco empotrado en la pared con una televisión. Salimos y en el patio me enseñan un hueco ínfimo donde apenas cabe la persona que está de pies dentro. Es la cocina. Dentro de otro espacio más grande y mejor acondicionado, que es la casa de los dueños, junto a la entrada, está el váter, aseo y ducha china, es decir no hay plato de ducha sino que es un suelo inclinado con un agujero. Si hay taza de váter. La gente es amable y sencilla, pero el conjunto es decepcionante. Me hacen sentar en el patio y hablamos del precio después de reconfirmar que sería un mes. Me piden mil yuanes. A bote pronto me parece una exageración. Pido disculpas y salgo huyendo. Como conozco la ruta del autobús n.º 1 y se que pasa por algunas zonas con bloques de viviendas, tomo un autobús dirección Noroeste y me bajo en la zona mas poblada que veo. Hay una calle empinada con bloques bajos de 3-4 plantas. Parecen bloques de gente obrera. Al final de la cuesta hay hay una mujer endomingada y muy maquillada que me sonríe, lee el texto que he escrito y me dice por señas que ella no tiene habitación. Al momento llega otra mujer de mediana edad, muy bajita y vestida de negro. Lee mi anuncio, me pregunta algo muy rápidamente y luego sigue hablando. Me pregunta mas y entiendo que quiere saber cuantas personas. Le digo que una y ella rápidamente llama por teléfono. Después de su conversación señala uno de los bloques y me dice, rápidamente, algo que no entiendo. Me pide el cuaderno, escribe algo que no entiendo y me pide 120 yuanes por día. ¡Son casi cuatro veces lo de la habitación anterior! Digo que no y de nuevo vuelve a hablar por teléfono. De nuevo escribe algo de lo que entiendo que hay un lugar pequeño para una persona. El precio por día son 80 yuanes. ¡Mas del doble que la primera habitación! Me pregunta (o entiendo que) cuánto quiero pagar. Yo estoy dispuesto a regatear y empiezo muy bajo. Le digo que 300, pero es tan bajo que ni siquiera me da opción. Me devuelve el cuaderno y se marcha rezongando.

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Desde las cinco de la tarde no ha parado de llover con fuerza. He salido a cenar a las seis y media y las aceras están llenas de agua encharcada. O en esta ciudad llueve poco o están muy mal preparados para la lluvia. Deduzco que llueve poco porque desde la ventana de mi habitación se ven azoteas planas y, en general, los edificios no antiguos no tienen tejado a dos aguas, sino azotea. …………………………………………………………….............

Tras el segundo intento de encontrar habitación fui a comer y luego cambié de rumbo. De nuevo en el autobús nº 1, esta vez rumbo al Sureste. Econtré una zona, al final casco urbano, con una gran urbanización de torres de mas de veinte pisos. Escribí un nuevo texto, incluyendo “… habitación barata!” y esperé. Aproximadamente una hora después una chica joven me señaló un tablón de anuncios a la entrada del recinto. Había hasta cuatro hojas tamaño folio impresas por ordenador que anunciaban habitaciones para alquilar y un número de teléfono para contactar. Esperé una hora más, por si acaso y como no hubo mas respuesta me volví a la ciudad y me plantee la situación. Contactar por teléfono, para mi, es una tarea imposible. Porque no manejo lo suficiente el idioma y porque mi teléfono aquí, por culpa del roaming ¿? me ha dejado sin datos y sólo me permite llamadas de emergencia. Por otra parte, vistos los precios que me pedían en la zona Noroeste, aparentemente mas humilde, los de aquí, aunque está más alejado del centro, no deben ser menores. Recalculo entonces el primer precio de mil yuanes/mes= 33 yuanes/día= entre 140 y 160€/mes, es decir unos 5,5€/día. La habitación es cutre, pero es céntrica. Y el precio es muy aceptable. Mañana lunes iré a a confirmar la reserva y el miércoles haré el traslado. Cayó la noche del domingo y me fui a dormir con la tranquilidad de haber resuelto casi satisfactoriamente el problema del alojamiento. XX
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