04.10.2015
Domingo / 15:50h.
La
noche pasada he tenido fiebre. Ayer volví a repetir la sudada y el
resfriado ha vuelto también. Por un momento pensé que podría
evolucionar mal -a neumonía- y pensé incluso en cambiar el billete
de avión y volver a Madrid. Esta mañana me he quedado en la cama
hasta las nueve y me he levantado despejado. He salido tarde de casa
con la intención de localizar los dos cines que me han dicho que hay
y que están próximos. Uno de ellos es el teatro de la ciudad. Un
enorme espacio que también
se utiliza
para convenciones
y congresos
y al que ya me había asomado sin saber lo que era. Hay cinco
minisalas de proyección y sesiones desde las 10 de la mañana.
Desgraciadamente es tan caro como en Madrid. Unos siete euros, lo que
quiere decir que aquí es carísimo. El otro cine no he logrado
encontrarlo, pero visto el precio, no creo que lo busque mucho mas.
La idea del cine era la de encontrar un sitio acogedor para los días
fríos o de lluvia. Está claro que esta no es la solución. Ahora
ya, después de comer, he venido dando un paseo y he comprado una
entrada. ¡A fin de cuentas es domingo! Tengo la butaca 5 de la fila
5 para la sesión de las 16:50h en la sala 2. ¿La peli? Me da igual,
pero vistas las hojas de promoción me temo que será americana y de
guerra. Escribo en el hall del cine, sentado en una de las dos mesas
mas impresionantes que he visto. Por la sencillez del diseño, por la
calidad de la madera y por el tamaño. Son dos enormes troncos de
metro y medio de diámetro y unos ocho de largo, a los que se les han
hecho un par de cortes rectilíneos que conforman estas sorprendentes
mesas.
Dibujo.
La película que he visto, “Perdido en Hong Kong”, es una comedia
mas de enredos y persecuciones. Sin pena ni gloria. Pero la
realización es de primerísima fila. Por medios, por la cantidad de
planos y escenarios, por el realismo, la iluminación, el sonido, …
El montaje es un picado de planos sin transiciones, sin fundidos ni
encadenados. Puritito corte. Y se ve muy bien. Si el cine chino tiene
este nivel generalizado hay que decir que es un nivel muy alto. Y
ahora hablando en serio: salir de la zona de confort. Romper con las
rutinas. Hacer, pensar y decir otras cosas. Creativamente es muy útil
y humanamente
enriquecedor, pero … ¿cuánto tiempo podemos vivir sin rutinas?
Dicho de otra manera: ¿son necesarias las rutinas?, ¿horas de las
comidas o del descanso?, ¿hacer ejercicio?, ¿cuánto tienen tienen
que ver los biorritmos con los hábitos?, ¿hasta que punto las
rutinas son inevitables? Son preguntas ociosas, lo se, pero después
de casi un mes sin rutinas, con ritmos rotos y en un entorno
completamente diferente al habitual, me pregunto si tiene mucho
sentido la “revolución permanente” de las costumbres cotidianas.
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