05.10.2015
Lunes / 10:30h.
Esta
mañana he visto una de las cosas mas duras que he visto en China.
Tanto en viajes anteriores como en este: un
mercado de carne. De todo tipo de carnes. Con todo tipo de
cortes. En un espacio cerrado pero con circulación -de motos-
incluida. Impresionante. No creo que el mercado que describe Peter
Suskind en “El Perfume” fuese mejor que este. El tiempo hoy no es
de cielos tan despejados como los días anteriores. Hay una cierta
neblina que enturbia el ambiente. He decidido volver al principio y
he viajado otra vez en la línea 1 de autobuses hasta el final al
Noroeste de la ciudad. Aquí he visto otra cosa muy curiosa: cómo
hacen sus “espaguetis”, a mano, a base de torsiones de la masa
harinosa bien amasada primero, estirada después, torcida, doblada y
vuelta a torcer. Finalmente cortan un trozo del tamaño adecuado y
estiran y doblan, estiran y doblan y, por efecto de las torsiones
anteriores, van separándose las finas tiras de los fideos. Todo esto
en plena calle y con tráfico abierto, moscas y avispas incluidas. La
pasta conseguida va directamente a la cazuela con ¿agua?, ¿caldo?
Hirviendo que hay allí mismo. Al cabo de pocos minutos va al cuenco
del comensal que la ha solicitado. El resto de la masa, cubierto con
una gasa fina, espera al próximo cliente para quien se “fabricará”
al momento la ración correspondiente. No falla: la minifalda es
negra y las medias también. Arriba de la minifalda una
treinta/cuarentañera. Abajo de la minifalda botas con tacón
cuadrado muy alto, o deportivas con plataforma también muy alta o
zapatos de tacón de aguja altísimo. Las mujeres aquí son mas bien
bajas. Y tienen complejo de ello. De ahí las alzas y los tacones.
Como en todas partes, las mujeres visten mejor que los hombres. Con
mas esmero. Por lo demás, qué poco puedo decir de esta gente. Claro
que si me paro a pensarlo, tampoco puedo decir mucho de los que pasan
a mi lado en, digamos, la Gran Vía de Madrid. ¿Son amables?
Algunos. En los autobuses, varias veces me han cedido el asiento. No
por viejo, sino por extranjero. Lo han hecho incluso mujeres. Son
curiosos, ya queda dicho. Y muchos de ellos saludan con el “hallow”,
tanto para el hola como para el adiós. No es costumbre ceder el
paso. Ni en la calle ni al entrar o salir. Mas bien les extraña si
lo haces. No he visto a casi nadie sonriente, pero si se ríen y muy
alto, igual que hablan. En general visten sencillo, clase media baja
y baja. En las mujeres son frecuentes los collares y abalorios. He
visto incluso a una mujer jugar al ping-pong -muy bien, por cierto-
con un collar de perlas de imitación al cuello. Hoy he recibido una
invitación de la compañía telefonía móvil con la que tengo
contrato, para que llame
a España a tres euros y pico el minuto mas un euro y pico del
establecimiento de llamada. Total cinco euros el minuto. Esta tarde
llamaré a Queca para decir que estoy bien y que entre el gobierno
chino y la compañía Google me tienen desconectado de la red. Ni
correo, ni blog, ni navegación … ……………………………………………………………………………….
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Son las
cuatro y media de la tarde. Estoy sentado en la tercera planta del
edificio del Teatro de Chengde, donde también están las salas de
cine y donde, en la segunda planta, una empresa celebra algún tipo
de convención de ventas o similar para su personal. El caso es que
cada cierto tiempo, digamos un cuarto de hora, se oyen las voces a
coro del grupo de asistentes recitando las consignas de la empresa.
Cuando se calla el grupo se vuelve a oír la voz de quien se dirige
al grupo con una perorata que termina con un nuevo recitado del
grupo. Así durante dos horas. …………………………………………………………………….
Un
hombre, que esperaba con su mujer y su hijo para entrar al cine, se
ha asomado a lo que estaba escribiendo en chino, Y tanto se ha
asomado que ha visto un carácter que tenía mal escrito y me lo ha
corregido. Le he dado las gracias y he corregido el resto de
caracteres que estaban mal. El curioso interés de los chinos
curiosos. En una mesa, enfrente de mi, se ha sentado una chica joven
-la veintena- bien vestida, alta y con zapato plano, con falda banca
de capas transparentes que dejan entrever un pantaloncillo también
blanco y ajustado. Toda una excepción. Hablando de las mujeres que
veo tengo que decir que suelen estar bien puestas de pechos, mientras
que los culos son planos y caídos, cortas de piernas y muchas
piernas combas. Pero hay muchas
bocas. ……………………………………………………………………..
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Está
bien esto de escribir caracteres chinos en público, porque viene la
gente y te corrige los errores. Ya es el segundo de esta tarde y se
ha acercado hasta la chica elegante de antes. Se me olvidó decir
antes que, hablando de mujeres, muchas tienen bocas bonitas con
labios carnosos y bien dibujados. ………………………………………………………………………
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La
broma fácil: sentao m'e tomao una Tsingtao. Aclaro: Tsingtao
es la marca mas conocida de cerveza en China. Desde 1903 dicen ellos.
Aclaro también que lo de “sentao” tiene su aquel. Después de
patear media ciudad, la mesa a la que estoy sentado, en la acera, es
la única que he visto. Bueno, hay otras dos mas, pero están “bajo
palio” y pertenecen al muy elegante y snob
“Milu Cofee”. También muy caro, comparado con este “espacio”
entre supermercado y tienda de todo a cien con tabaco y bebidas,
donde una lata de cerveza, de 330ml y 4,3º de alcohol, cuesta unos
65 céntimos de euro. Son las siete de la -ya- noche; hace una
temperatura estupenda para estar sentado en una “terraza” tomando
una cerveza. …………………………………………………………………….
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