jueves, 5 de enero de 2017

OPERACIÓN VÍDEO 01


OPERACIÓN VIDEO












Mario Alfares



 



Versión Blog








2017


                                                                ANTES DE NADA.

Como rápidamente podrá apreciarse, todo lo que viene a continuación no es más que una sarta de explicaciones, de porqués, de cómos y de cuándos. La explicación de por qué aparece aquí y ahora “Operación Vídeo” en su versión blog tampoco es simple.
Cuando se escribió el texto, hace ya más de veinte años, que como es bien sabido no son nada, un buen amigo tomo la decisión de encuadernar los folios sueltos. Lo llevó a un impresor que hizo un trabajo impresionante convirtiendo los mismos folios en un libro de tapas duras y lomo grueso.
El texto había sido copiado por una secretaria profesional pero a pesar de eso, como no era más que un primer “manuscrito”, no estaba numerado y contenía algunas faltas de ortografía. De cara a un intento de publicación editorial, había que escribir de nuevo el texto. (Escanear el texto, por ejemplo, no solucionaba nada, puesto que no se podía intervenir en el texto primigenio. Y en algún rincón perdido hay un disquete de los de pocas pulgadas, pero con difícil y muy caro acceso.)
Y ya que había que volver a escribir el texto, ¿Por qué no subirlo a la red? A quienes en su momento lo leyeron les gustó. Es posible que hoy siga gustando. Tu, lector/a tienes la respuesta. En cualquier caso esa es la explicación de por qué en el blog de la Oficina de Ideas Libres http://oficinadeideaslibres.blogspot.com irán apareciendo las correspondientes páginas del despampanante intento de escribir una novela. Pasa la página y ¡Allá tu!




PREPRODUCCIÓN


Las páginas que encontrarás a continuación, querido lector tienen todo lo que hay que tener. ¡Qué exageración! Las páginas no tienen nada de eso, tío guarro. Usted se calla y sigue leyendo, que para eso está aquí. Aunque tiene usted razón, las páginas no tienen, sino que contienen todo lo que hay que tener. En cualquier caso, admitida su protesta, será mejor que nos atengamos a un método. Estamos al principio de la novela y no es nada bueno someter al lector nuestras discrepancias internas, así de sopetón. Ya irá entrando en el meollo del asunto y ya tendremos tiempo de hacerle juez y parte.
Queda entonces claro que las páginas que siguen contienen todo lo que hay que tener para escribir una novela. La verdad es que si los lectores fuesen un poco más cultos y versados en el mundo q ue les rodea, la explicación seria ociosa. Como muy bien sabe quien sabe de estas cosas, la pre-producción es la etapa previa a la producción. Es el momento en que se enumeran y acopian todos los materiales necesarios. Ya sea material sensible, material humano, material de alto riesgo o simplemente material a secas, que de todo hay en esta viña del señor que es una novela.
Cualquier persona sensata que alguna vez en su vida se haya planteado, siquiera sea a nivel de pura especulación, esto de escribir una novela, sabe que lo primero, fundamental e imprescindible para escribir una novela es tener un fantasma. No es necesario que el fantasma sea de Baskerville, ni que tenga título nobiliario, ni que sea hijo bastardo o que haya sido asesinado vilmente y vague por los ultramundos buscando venganza. Con un fantasma normalito basta. Eso si, tiene que ser un fantasma íntimo, bullidor y entrometido.
Algunos, por aquello de la originalidad, llaman al fantasma la voz interior; otros, no secularizados, le dicen alma. Hay quien ignora las precisiones escolásticas y le dice conciencia, en tanto que hay quienes llevados de su afán espiritista, prefieren decir que lo que hay que tener es espíritu. En realidad cualquiera de estas acepciones vale. Como vale también llamarle vocación -que sea temprana o tardía es indiferente-, o inquietudes literarias o veleidades artísticas,
Para la escuela freudiana lo importante es tener un ego muy grande y muy insatisfecho. Para los seguidores del análisis transacional todo se reduce a una gran necesidad de afecto y mi portera dice que lo que hay que tener son ganas. Muchas ganas. Que tiene usted muchas ganas, don Mario, que lo se yo. Me dice y se queda tan fresca.
Búsquese pues el alma en el almario y téngase dispuesta para estos menesteres que nos esperan.


 

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