En
síntesis, la teoría sostiene que existirá amor romántico siempre
que las personas se activen intensamente desde el punto de vista
fisiológico y que ciertas claves ambientales -situaciones- indiquen
que ese amor apasionado es
la etiqueta apropiada para sus ardientes emociones. Deseo sexual y,
por lo tanto, gobernado por las leyes de la psicobiología. Para
decirlo pronto, cabe pronosticar que, saciado el soporte biológico
del anhelo, gradualmente se extinguirá el sentimiento concomitante.
Exquisita
de Excayola nació el mismo día que el libro. Todavía nadie sabe
para qué. Le hubiese gustado ser la dama de hierro, incluso se
hubiese contentado con un buen granito para su estatua. Pero, los
productos modernos tienen mucha aceptación. Excayola Sintética y
Exmalte de Titanlux, Exquisita de Excayola para los amigos, llegó al
odio vestida de azul. Con su camisita y su canesú y su flamante
cartilla del Servicio Social. Usted ya estará contento. Le ha puesto
final a un cuento. Usted dejará mi nido. Usted buscará el olvido. Y
yo como siempre pasa me quedo a llorar en casa. Usted y yo nos
conocemos cada vez menos. Usted destruyó mi mundo. Usted ya estará
contento. Le puso final a un cuento. Y ya no somos los amantes
buenos. Y cada vez nos conocemos menos. Usted y yo extraños otra
vez. Exquisita de Excayola desborda amor. Maternal. Sus enormes
pechos están hechos a propósito para amamantar. Con el espacio
justo entre ellos para descansar la cabeza. O para asfixiarse. Al
menos para sofocarse mucho entre achuchones, retorcimientos, y
chillidos de ¡Mi niño! ¡Niño mío! ¡Uy como quiero yo a mi niño!
¡Cosita! y otras brillanteces por el estilo. Exquisita sabe muy bien
que los hombres son niños. Exquisita nunca fue niña. Nunca ha
tenido curiosidad. Sólo ha tenido amantes-niños a los que ella ama
y cubre con el respeto a lo desconocido. Los
consejos de una madre o una buena tía, siempre son los consejos de
una madre o una buena tía. Y a fin de cuentas todos los hombres van
siempre a lo mismo. Así que siempre estás con el miedo puesto.
Miedo a decir te quiero, porque estos hombres, una vez que consiguen
lo que quieren se van y ahí te pudras. Por eso Exquisita es
Feminixta Radical. De las de contra violación castración. Para que
nos vamos a engañar tío. A mí me gusta, como a todas. Lo que no me
gusta es que se note que el tío lo que quiere es acostarse. Lo mío
son los amores platónicos. Yo necesito estar siempre enamorada. ¡Y
me pasa cada cosa!
Figúrate
que el otro día ligo con un jefazo. Un tío de esos importantes. De
los que no se dice el nombre. Bueno, va y me invita a un estreno. Y
yo creí que sería un estreno normalito. A todo esto yo no sé si le
gusto mucho o no. Pero sí es siempre muy amable conmigo y me trata …
Bueno, a lo que iba: cuando llegamos me encuentro con todo aquello
lleno de luces. Si hasta creo que salí en la televisión. Y lo que
no se es dónde van a publicar las fotos. Si es que me pasan unas
cosas. ¡Uy, yo sí! Yo soy muy posesiva. Y me gusta estar siempre
encima. Pero me entrego total. Y esto que me pasa a mí no es normal.
Y es que tengo miedo. Se las hago pasar putas. Pobrecito. Porque
apeado de su cargo es muy tímido. El otro día, me le quedé
mirando, mientras freía sardinas, así, con aquella pinta. Quién me
mandará a mí meterme en estos líos. Con lo importante que es él.
Le vienen a buscar todos los días. Y sólo está localizable de
noche. Es imposible. Si yo sólo quiero decirle que estoy con él.
Aunque no esté. Decirle: ¿Cómo has
pasado la mañana? ¿Has pensado en mí? Yo si. Claro que su
secretaria me cuenta todo lo que hace. Y no tendría por qué darme
explicaciones, ¿no crees? Y luego lo que tarda en llamar. Sí, yo
podría acostumbrarme. Pero que me lo diga. Oye, ¿tu crees que
llevarse bien en la cama es importante para un hombre? Nosotros las
dos veces fue maravilloso. Muy bien, muy bien. Pero tengo tanto miedo
a equivocarme otra vez. Por cierto, el otro día estuve cenando con
Ramón. Otra de mis equivocaciones. Estoy que no aguanto. Esto que me
pasa a mi no es normal. ¿Tu te crees? Pues que te parece que el otro
día me dio dos besos en plena inauguración de un basurero. Mira, yo
no sé como me las apañé para ir. No tenía que haber ido, pero
fui. Y ¡Ala!, allí en medio de todo el mundo, va y me planta un
para de besos y me da unos toquecitos aquí. Y todo el mundo mirando.
Pero sigue sin llamar. ¿Sabes? Le he escrito una carta. A su
domicilio particular. No sé si la habrá recibido, pero como no
conteste, como no llame o algo … Yo no sé qué voy a hacer. Si es
que soy una masoca completa. Mira que quien me manda a mí meterme en
estos líos. Pero es tan mono. Otro día, cuando ya se iba, se volvió
y me dijo: No tengo nada que hacer el domingo. ¿Te llamo? Y yo el
domingo estaba como un flan. Porque el muy cabrito ¡Uy, pobrecito
mío! Cabrito no. Con lo riquín que es. Pues había quedado en
llamarme a las tres y me llamó a las seis. Pero salimos y estuvimos
cenando. Y me estuvo enseñando unas fotos.
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