sábado, 18 de febrero de 2017

OPERACIÓN VÍDEO_44


     La tarde había empezado con cerveza. Se llamaba el Camel. Iba de jipiosos y heavymetaleros. A la cerveza le siguió amplia ración de cañaíllas, después tres ostras. Con método champenoise y tostadas con paté auténtico. Café irlandés y canuto. Suficiente. Exquisita hablaba mal el castellano. Decididamente mal. Claro que ella pretendía hablar francés. Y de ser libre, hoy, de un marido que ha redimido en ocho, treinta años de cárcel. Tiene los morritos rojo cereza picota, perfilados en negro. Y un cuerpo redondo y flexible. Aparenta estar más borracha de lo que está. Y mientras frota su cuerpo contra el mío, sólo sus ojos mienten. Te lo juro. Yo soy muy jovencita. Te lo juro por mi madre. Que le entre un tumor cerebral. Que sea benigno. Te lo juro. No te enseño mi carné porque lo tiene mi marido. Esta mañana me ha dao una hostia. Porque nos ha pillado comiendo a su sobrino y a mí. Bueno, no estábamos comiendo, estábamos bebiendo cubatas. Pero su sobrino me respeta mucho. Es más mayor que yo. Tiene veintidós. Pero me respeta mucho. Te lo juro. Me dice ya completamente volcada sobre mi que, en ese preciso momento, erecto con toda la fuerza que da un mes sin joder.

     Sombras en una pared. Sombras claras y oscuras. Y tumbas. Una colina cementerio sobre la otra pared. Junto a la ventana agrietada. En el horizonte, restos de una civilización. Y en primer plano, a la derecha, el coche tanqueta inmovilizado sobre un conductor muerto. Blancos y negros violentos perfilan un cubo de basura volcado. Tenía treinta años y ha redimido en ocho. Es un hijoputa. Está colgao de heroína desde hace ocho años. Y tiene cuatro más. Te lo juro. Se lo merece. Es mu bufo. Mu malo. Se lo tiene merecido. Cuatro años. Te lo juro. Ahora está en mi queli con la tía con la que se ha liao. Y yo sin tener donde dormir. Me ha traído un taxista. Y me ha invitao a una cerveza. Voy a por la cerveza y vuelvo. No, no me aprietes ahí. Ten cuidao con la vena. Por tu bien y por el mío. Esteban no ha venido. Hoy está con un chandal rojo y zapatillas. Tiene barba. Es el que pasa caballo y coca aquí. Tiene que venir. Mañana me marcho. A Ibiza. Y tiene que darme cuarenta y cinco napos. Treinta y cinco y un pico. Tengo que encontrar a Esteban. Bueno, son treinta, porque yo le debo.
     Luz, de atardecer de Junio. Con el sol a las espaldas. Al frente: nube oscura. Hueco claro. Edificio a rayas. Edificio bitono siena tostada / pardo Van Dick. Tejados curvilíneos negro asfalto. Pared hueso al sol. Hotel Cuzco. Edificio marrón aluminio. Edificio gris hormigón. Ministerio Eurobuilding. Reverbero en franjas blancas. Masa de azoteas inseparables en la profundidad de campo. A la izquierda, en primer plano, tubos, motores, extractores, calderines, antenas. Terraza. Cruz Roja. Triple edificio blanco parduzco junto a una crema pared de rojas tejas. Terraza corrida de blanco ceniza. Nube rosiblanca, nube rosinegra. Hueco. Línea clara. Franja oscura. Hueco. Nubarrón. Algodón difumino amarillo sobre mí. Y al fondo, un rojo entreverado en plomo. Edificio comercial. Edificio de apartamentos. Sede de banco. Casitas bajas. Recovecos solitarios. Terrazas. Edificios de aluminio gris y cristal negro. Edificios de hormigón y cristal. Edificios de hierro y cristal. Edificios de cristal y cristal. Al rojo ladrillo y al gris hormigón. Un movimiento de naranjas y grises en el cielo. Vencejos y golondrinas.

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