Debo,
en cualquier caso, presentarte a J.G.
Para
que puedas evaluar su crítica. J. G. Licenciada en Filosofía. En
sus treinta. Profesora de instituto. Casada con S. J.G. es una forma
de vida cortazariana y psicoanalítica, inteligente y agresiva.
Era
Madrid y estaba apunto de terminar la primavera del 89. Querida
Juana:
Aprovecho
un par de ratos libres, de esos tan raros de pillar, y reanudo el
contacto.
Antes
que nada, repetidas gracias por tu atenta lectura de Operación
Vídeo. Por cierto, ¿qué te parece el título? Hasta ahora nadie me
ha comentado nada, lo que, en principio es positivo. También tengo
que reconocer que nadie le ha dedicado tanto interés como tú. A ver
cuando me dejas leer tu novela.
Cambiemos
de tema. ¿Dónde serán las vacaciones de este año? ¿Repetís
América? Por mi parte estoy preparando un viaje a los USA que quiero
que sea atípico, fuera de las rutas habituales -ya sabes,
California, Disneylandia- y mi intención es atravesar algunos
estados intermedios de esos de los que poca gente habla y que creo
que son los que mejor te dan la medida de un país. Por supuesto que
también incluyo NY, San Francisco y Whasington, pero lo que de
verdad me atrae son las ciudades mediocre como San Louis, Kansas
City, Denver o Salt Lake City.
Lo
malo del viaje es que no he conseguido encontrar compañeros y como
no voy a poder hacerlo como yo quería, es decir, en coche. Tendré
que hacerlo en autobús. ¡Son más de seis mil kilómetros! En fin,
que no me pase nada. La verdad es que he pensado que este es
probablemente el último año que puedo permitirme hacer un viaje de
este tipo y quiero aprovecharlo. Ya te contaré a la vuelta.
Volviendo
al tema de mi novela -¡Ay de la recurrencia!- hoy probablemente me
presenten a Leopoldo Alas unos amigos comunes a quienes les pasé el
borrador y que, a su vez, se lo han pasado a él. Claro que
independientemente de su opinión, ahora empieza lo más duro. Quiero
llegar a las trescientas páginas y no sé cuanto tiempo me va a
llevar el tema. Ya te iré dando noticias.
Por
mi propia y corta experiencia sé que estos días estás abarrotada
de exámenes, notas y líos-fin-de-curso. Que te sea leve. Yo espero
acabar hoy. ¡Porque estoy hasta el moñoooo!
¡Si
al menos lo pagasen bien!
Del
resto de mi vida, pocas cosas que merezcan la pena contarse. Rutinas
y problemas familiares -enfermedades, estancias, operaciones y
visitas; padres, hermanos, tíos, sobrinos y demás parientes- que
hacen todo lo posible por dificultarnos la vida. Como si la vida en
sí misma no fuera ya lo suficientemente difícil.
Quiero
contarte ahora una anécdota -me da miedo reconocer que es otra cosa-
que me pasó hace pocos días.
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