Estamos,
compañeros, lectores, críticos y amigos, estamos repito, en un
momento clave. Cada gesto, cada decisión, es, en estos momentos,
vital. Con una importancia que supera el momento presente y marca
definitiva e irreversiblemente el futuro. Debemos, antes de nada,
serenar nuestro análisis, tomar conciencia de nuestra
responsabilidad y después, sólo después, de haberlo
sopesado concienzudamente, tomar la decisión que mejor convenga a
nuestros intereses. Y es entonces cuando
llega el momento de la firmeza. Defendiendo contra viento y marea,
contra deseos, tentaciones y sugerencias, la pureza del destino
trazado. La vía única de la decisión tomada. Así pues
aprestémonos a la lucha, que no ha de ser toro manso el que nos
toque lidiar. Dijo esto con énfasis notorio, el busto erguido, la
voz clara y ligeramente enérgica, con lo cual, ciertamente acojonó
al auditorio que no esperaba semejante andanada en tono
tardofranquista. En la sala de edición sólo parpadearon los
monitores. Los operadores se quedaron suspendidos en la oscuridad,
las manos inertes sobre los muslos, lejos de los teclados. Nadie se
sintió capaz de retomar la discusión. El prócer, perro curtido en
mil y un cursos dalecarnegie, asumió satisfecho el liderazgo moral
de la reunión. Poca cosa era ser líder moral de un grupito de
chiquilicuatres aficionados que estaban tratando de montar su primera
novela, es cierto, bien poca cosa, pero el héroe cotidiano, el héroe
necesario en las juntas de comunidades de vecinos, el héroe activo
que organiza el rescate de los heridos en el accidente, el héroe
anónimo que devuelve los millones perdidos sin esperar recompensa,
todos, todos los héroes de la mediocridad, están justificados por
una causa mayor que la de su acción concreta. Les salva ser la grasa
del sistema, los tres en uno de la maquinaria social. Sin ellos el
mundo estaría perdido. Continuamente bloqueado por inútiles y
larguísimas discusiones. Encallado en cada decisión. Sometido
siempre a revisión por las minorías radicales y obtusas.
Esa
era su justificación, su orgullo, el premio conquistado por haber
sabido hacerse con el control del desangelado grupo. Por otro lado,
el propio desarrollo de los acontecimientos
había provocado, o por lo menos favorecido, la viabilidad del golpe
de mano. Desde el inicio del proyecto había estado esperando su
momento. Desde la desafortunada aparición de don Pascual, él sabía
que algo acabaría yendo mal. No se puede permitir, si nos referimos
a un proyecto serio, claro está, no se puede permitir tamaño
libertinaje. Y aquella caterva de ilusos no sólo había permitido,
sino que además lo había fomentado. Capítulos como el segundo, no
deberían haber tenido cabida. Y para colmo de males, la pérdida de
veinte páginas, que había dejado al grupo más desorientado si
cabe. Pero todo venía de donde venía. De la falta de un líder. Un
hombre con una idea clara en la cabeza y los cojones en su sitio para
cortar cualquier desviacionismo. Y la prueba estaba allí mismo,
delante de sus narices. La mayoría de la gente, sobre todo si no han
sido pasados por el dalecarnegie, se achanta a la hora de tomar
decisiones. Y es entonces cuando los hombres como él son necesarios,
más que necesarios, imprescindibles. Si él no hubiera estado allí
para tomar las riendas con pulso firme y en el momento oportuno,
nadie hubiera sido capaz de enfrentarse a la situación. Bien, dijo
el prócer acompañando la expresión con una palmada en su muslo,
aclaremos la situación. El sonido seco de la mano contra el muslo y
el movimiento enérgico con el que se levantó, galvanizaron la
oscura habitación, ya de por sí bastante cargada de efluvios
electrónicos. Masas positivas y negativas chocaban en las
convecciones del aire acondicionado. Las pantallas de los monitores
disparaban continuas andanadas de electricidad estática. Fluorescian
los tableros llenos de caracteres que
parecían flotar en la oscuridad. Vayamos al nudo gordiano de la
cuestión, prosiguió el prócer, ¿Qué carajos tienen que ver
Villalba, C., y M.L., y don Pascual, con Operación Vídeo? ¿Alguien
puede responder?
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