Escribir
es un compromiso. ¡Y lo digo yo, que apenas lo he probado! Pero
preguntar a Sir Cela por su cuarto oscuro. Escribir es un brete del
que nunca se sabe cómo se va a salir, ni siquiera si se va a poder
salir. Digo escribir como podría decir pintar, o hacer fotos, o
cine, o vídeo, o música o cualquier otra cosa en la que un proceso
de creación se ponga en marcha. Porque una vez que se ha puesto en
marcha impone sus propias normas, dicta sus leyes y caprichos con
igual autoridad y se convierte en la misma clase de monstruo que la
mujer que amamos. Es más plasta que la familia, más grosera que el
jefe y más tacaña que la empresa. Más tirana que una abuela
paralítica, más frígida que una chacha del Opus y más tenaz que
la propia sombra. A cuaquier sitio donde vayas, irá contigo. La
llevas dentro de ti. Es indejable. Y lo más grave es que no sabes
bien qué es ni en qué consiste. ¿Es un capricho? ¿Es un vicio de
Salicio? ¿Es un prurito egocentrista, una
huída de la vida, una necesidad profunda de que los demás nos
reconozcan y aprecien, una carencia afectiva, una vocación profunda,
un destino ineludible, un sueño imposible, una aventura loca, una
vía de realización, un camino de Itaca, una profesión, o es la
vida misma que entra por los poros y sale por la punta de los dedos?
¿Y cual es el propósito, el destino final de todo ésto? ¿Durará
mucho o será pasajero? ¿Gustará, o se quedará en agua de
borrajas? Me temo que al Editor no le van a gustar nada estas
preguntas. Va a pensar que son un pésimo síntoma de inmadurez. Que
no tema el ínclito. Mario Alfares lleva casi veinte años ganándose
la vida con esto de escribir. Y le pagan bien. Por eso precisamente
tienen sentido las preguntas. Porque no son suyas. Son las preguntas
eternas que todo acto de creación concita. Son la señal inequívoca
de que estamos en el buen camino. Ahora sólo faltan las respuestas.
El-sábado-que-nunca-se-acaba
se ha hecho extensivo a toda la semana. Digo con Krae que no distingo
el lunes del domingo. En esta sala oscura sólo parpadean las luces
de los monitores. Incansables pasan una y otra vez las secuencias.
Autoreverse/reverse. Rewind y Forward. Pero choose yourself. Ya te
hemos adelantado dos versiones en firme.
Rememberemos:
Rememberemos:
La
primera propuesta sostiene que Operación Vídeo se gestó en el Café
Gijón. El autor declara que fue allí a escuchar conversaciones de
las mesas vecinas, aunque con preferencia por una en la que tenían
su tertulia diferentes personajes que van desfilando a lo largo de la
obra. El autor se habría limitado a recoger las conversaciones,
montándolas a su gusto y manera, entremezclándolas con las lecturas
que se veía obligado a fingir mientras escuchaba. Sólo tiene un
error subsanable esta lectura. En la preproducción no se incluye
para nada un Café Gijón. Ve a la Preproducción e inclúyelo,
lector. Acabas
de terminar tu novela.
No hay comentarios:
Publicar un comentario