La Joven Orquesta Nacional de España (JONDE), dirigida por Juanjo Guillem interpreta "Inuksuit (To Act In The capacity Of The Human: For Nine To Ninety-Nine Percusionists" Duración aproximada una hora sin descanso.
Lo que se viene encima es "Inuksuit" una palabra de la lengua Inuit que significa "actuar con la capacidad del ser humano". En la hoja informativa, el director de la JONDE dice que: "la pieza fue escrita para ser tocada desde 9 hasta 99 múscos-percusionistas" En esta ocasión unos treinta y pocos, que no son ni muchos ni pocos produciendo un bloque de sonido compacto sin ser atronador, denso pero lleno de matices en ritmos y sonoridades. Algo que sorprende y emociona. Como sorprende y emociona ver y oir por primera vez un "intonarumori" de Russolo en vivo, manejado por una joven incansable. Siempre pensé que el aparato produciría un sonido como de carraca cuando en realidad su sonido es más parecido al de una sirena. Sorprendente y emocionante.
A pesar de ello, las muchas personas que paseaban entre sonidos sonreían complacidos. Porque, todo hay que decirlo, "Inuksuit" ha sido, para la mayoría de los asistentes, una muy agradable sorpresa. Quizás no lo fuese tanto para el también sonidista Nilo Gallego, a quien saludé entre los paseantes.
Pude realizar una grabación ¿incidental? que pienso que quiero intervenir algún día. Por ahora, escucho la grabación de vez en cuando y reconozco los momentos de intensidad sobresaliente que me impresionaron mientras grababa.
Por lo que pude apreciar, la partitura era no muy grande y era evidente que los músicos gozaban de un gran espacio para la improvisación. Algunos gozaban luciendo sus habilidades, otros se mostraban aplicados y sistemáticos, otros deambulaban mientras soplaban un instrumento de viento, otro sumergía en agua un platillo en vertical, para ir sacándolo poco a poco produciendo cada vez una sonoridad diferente. Uno de ellos incluso aprovechaba la ocasión para ligar. Toda una delicia ser escuchante-paseante.
No es de extrañar entonces que Alex Ross, del New Yorker describiera Inksuit como "... una de las experiencias auditivas más entusiastas de mi vida". Y es muy cierto que ese sonido contundente y suave al mismo tiempo, contagia entusiasmo. Mucho me gustaría que la JONDE, (muchas, muchas gracias), repitiera el concierto.
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