No
puedes conocer tantos pájaros, dijo Exquisita. Yo también soy de
pueblo y no conozco tantos. Pues nada, te hemos llamado porque
estábamos aquí con Carlos y Ana, ¿sabes? Y no sé por qué me he
acordado de ti. Y hemos dicho: es un tío cojonudo. Vamos a llamarle.
Es que tú no cuentas nunca con la gente. Que hay que contar con la
gente. Que te lo tengo dicho. Tu eres un putón verbenero. Si
supieras en el sentido en el que te lo digo, te gustaría. Nos vemos
entonces. Sí, en el Regaderas.
Bueno. Hasta luego. Hombre, si ya estás aquí. Espera que voy a
avisar a estos chicos. Qué loco estás. Casi tanto como yo. Iluso
eres un risueño. Pues nada que estoy buscando novio para los fines
de semana. Y me ofrezco como cocinera. ¿Por qué me llamaste el día
de mi cumpleaños, que tu no sabías que era el día de mi
cumpleaños? Tu eres un putón verbenero. ¡Uy que trompa llevo! Pero
anda que tú. Oye, ¡y éstos? Es verdad. Se han perdido. ¡Uy qué
loco estás! ¿Dónde vamos? ¿En serio? ¿De qué te ríes tanto?
Eres muy risueño tú. Pero que loco estás Iluso. Lo dice Exquisita
y tiene razón: No se puede ser blando. Al principio estuvo
cautelosa. Hasta que creyó tener las riendas en la mano. Luego lo
intentó todo. Y eso la perdió. No supo estar a la altura de las
circunstancias. En esos casos, el suicidio. Una y otra vez. Como con
la comida. A mí los canutos me dan MUCHA hambre. Y MUCHA
clarividencia. No. No soy vidente. Pero con los canutos, casi preveo.
Mira, hay algunas cartas que son muy claras, el sol o la Luna, La
Muerte, que es que están ahí. Pero hay otras que saltan menos, que
están en el medio como el Ermitaño. Tienes que aprender a hablar en
el lenguaje de la gente. Al punqui como al punqui y al jipi como al
jipi. Tienes que intentar ser joven. Tío, tú estás muy inadaptado.
En esos casos el suicidio. Mírame a mí. Ahora ya no canto. Porque
no quiero ser como María Ostríz,
como yo la llamo. Y para eso prefiero no cantar. Pero sé que tengo
mejor voz que la mayoría de la gente. Y echando las cartas estoy. Y
como no soy vidente, pues me las tengo que apañar. Claro que lo
blando es perfecto. ¿Cuanto tiempo hace que no oigo yo ternura y
qué? Bueno, pues ternura y cariño, eso no es malo. Eso no es ser
blando. Eso es otra cosa. Mira, a mi me pueden decir te voy a follar,
o que ojos más bonitos tienes. Pero el problema es del que está en
el medio. Que ni es ni no es. Ya sabes lo de los animales salvajes;
que sólo atacan cuando huelen el miedo en el otro. La adrenalina, ya
sabes. A mí nunca me han violado ni mucho menos. Así que no tengo
miedo. No soy el tipo de mujer violada. Oye, este tío, el Ian Dury,
¿de qué va? Porque me suena mucho, pero ahora mismo no localizo
nada suyo. Ah, es el de Espásticus Autísticus. ¿Es verdad que es
poliomielítico? Ya. Con la que aluciné el otro día fue con la Nina
Hagen. No, no sólo porque cante ópera, es que ella es distinta. Y
además ella es muy religiosa. Pues que llegó un momento en que me
vi. Era sólo su cara, pero era yo. Era mi cara. Yo estaba allí. Es
que joder, una cosa es decirlo y otra sentirlo. Es que lo sentí. Yo
era. No, no, ella era yo. Yo ya sé que con esta cara de antigua
despisto un poco. Pero yo me visto un poco punqui y la mezcla está
bien. ¿Me llevas a casa, o tomamos una copa, o qué hacemos ahora?
No tío, es que como la cosa va de hablar por hablar, pues ...
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