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miércoles, 8 de febrero de 2017

OPERACIÓN VÍDEO_34








CUARTO CAPÍTULO







     Nos lo han dicho muchas veces. Lo creímos entonces y lo creemos ahora: La sequedad que da escribir un cuarto capítulo sólo se cura escribiéndolo. Siempre nos queda la posibilidad de releerlo y decidir si lo incluimos o no. Por otra parte escribir es fácil. Poco más o menos, lo hace todo el mundo. (Aceptada. Todo el mundo menos los analfabetos, que todavía son muchos) Lo difícil es pintar. De eso sólo saben los pintores muertos. (Denegada. Los vivos, incluidos quienes gozan de reconocimiento y hasta venden, en verdad que tampoco saben cómo van a pintar su próximo cuadro. Excepto Eduardo Guillermo Pérez Villalta: dice que antes de pintar ya lo sabe absolutamente todo del cuadro.) Pintar es un acto vital. Mucho más primitivo que escribir. Es un acto cercano a lo animal. Y es extraño que haya tan pocos animales que pinten. No es difícil imaginar al león o a cualquier otro depredador, arañar la corteza de un árbol y mirar las estrías que sus garras dejan. Yo imagino las panteras, tumbadas en el suelo, entre la somnolencia que dan el triunfo en la caza y la pitanza consiguiente, moviendo sus zarpas indolentes, dejando dibujos en la arena. Lo que viene al caso es que hay pocos animales que pinten. Algunos que disfrazan sus nidos, otros que se maquillan la piel, los que cambian de color y alguno otro que se nos pase. Y a pesar de eso, pintar es un acto cercano a la animalidad instintiva. Cualquiera que pinte tiene que sentirlo así. Ahí están los colores, llamando insistentemente. Las densidades de cada color, invitando. En bote, en tubo, en lata.

     Ahí está el papel, los papeles con sus distintos gramajes y porosidades. Las telas, con su imprimación satinada o áspera, los lápices y sus minas grasas o secas, gruesas o finas, duras y blandas, los pinceles de todos los pelajes, las brochas, las aguas y sus transparencias, las acuarelas, las ceras, los sutiles pasteles y los lápices de color acuarelables. La tinta china, la témpera, el gouache, los acrílicos, arenas, maderas y pigmentos. Huevo, cera, aceite, barniz, geso y alkil. Luces y volúmenes, distribuciones, masas, perspectivas, encuadres y contenidos. Todo eso y mucho más está ahí. Sólo hay que luchar con ellos, no contra ellos, aunque a veces se rebelen y tengan su propia voluntad incontrolable. Pintar es el movimiento continuo. Adelante, pincelada, atrás. Más pinceladas, más masa, más color. Atrás, más atrás. El espejo. Agacharse, mover el brazo y la cintura y los hombros y todo el cuerpo, detrás de la punta del pincel. Macerar pigmentos. Batir el alkil y el geso. Montar el papel. Sólo gestos. Sólo acciones. Casi excluido el pensamiento. Sólo la percepción del color y la forma. (La luz es de Velázquez, del cine y la fotografía) Extender la tela, acariciarla y sentir cómo se va transformando su tacto a medida que el color la cubre. Y las tierras y las marmolinas, que dejan su caricia puntiaguda en la palma de la mano. Y el color que crece o se difumina junto a otros colores. Y las costuras de las telas. Y el exquisito blanco. Pintar es una forma del tiempo, como la vida misma. Pintar es sentir. Estar en medio de la calle y sentir: Acevedo. Pavimentos Plásticos. Papeles Pintados Ramos. Boutique Martos. Banco de Santander. Plaza de Lavapiés. Viajes Rodas, S.A. Renfe. Aviaco. Perfumería Comercial Merly. Artículos perfumería peluquería tinte tratamientos. Visita G. Manzana n.º 33. Calle del Ave María. Calle de la Fe. C/ Magadalena reservada al transporte público. Laborables de 08 a 21 H.

martes, 7 de febrero de 2017

OPERACIÓN VÍDEO_33


     Vivir hacia dentro es peligroso: la locura está cerca. Vivir hacia fuera es peligroso: la locura está cerca. Tercer día de esta primavera. Hasta hoy quería vivir la literatura. Desde hoy quiero escribir la vida. Al filo de Flaubert. Aprendiz de escritor (1.830 – 1.838). Edición a cargo de Menene Gras. Agonías. Pensamientos escépticos. III. Soy pez abisal. Mi mundo son las tinieblas. La única luz que recibo, de mí viene. De mi pensamiento. El es quien me dice que vivo entre tinieblas abisales. Y aún así soy capaz de distinguir la arena de las rocas. Y los cambios de temperatura. VI. La necesidad de ser yo. Llamémosle vanidad. Porque la soledad que forma mi ser, se llena de vacío. Pero también de sexo. De hambre. De sueño. De dolor … En definitiva de insatisfacciones. VIII. Si. Estamos condenados. Sois pocos los supervivientes a posición tan atroz. IX. Me aburro. Quiero reventar. Estoy borracho y soy Dios. Esta es la broma. Angustias. I. de nada. Hacer ésto, en efecto, no sirve de nada. Cada cual arroja de sí la basura. Y siempre hay buscadores de desperdicio. VII. Mi tiempo dice: saquemos partido al mal: Sexo, Droga y Rocanrol. IX. Aquel. Destino. Casualidad. Astro. Mito es todo lo que no conocemos. XI. ¡Fantasmas! ¡Libertad! Otras dos palabras sin referente. Cada cual le presta el suyo propio. XIV. De todas las revoluciones hechas en nombre de la libertad, ¿Cuántas lo eran en realidad, por hambre? ¡Hambre! He aquí una palabra con referente. Esta palabra, o más bien, esta cosa ha hecho las revoluciones; ¡Hará muchas más! Cierto. El hombre tiene hambres insaciables.
     El sifón sabe a pie dormido -dijo- y cuando le pregunté ¿Es eso de Gómez de la Serna? No. No merece la serna -respondió-. Anónimo escritor. Fotógrafo a salto de mata. Titiritero interior. Aquí me tienen. Soy yo. Un servidor. Pero, en tiempos como estos, ¿Quién es capaz de soñar una utopía?
     Subía por la acera, canturreando, el gitano. Le miré. Me miró. Siguió a lo suyo, canturreando. Supe que así nace, las más de las veces cuesta arriba, la popular copla. Cada vez que un hombre realiza su obra a solas, en la oscuridad, frente al Todo, desmiente que hayamos evolucionado. Y un crítico es un ser extraño. Un obstáculo interpuesto entre el emisor y el receptor. Es el Oráculo del Mensaje. Pero ya no creemos en Dios. Y menos en sus sacerdotes. Las fotos me hablan. Aquí aparece la prima Angélica, de la que mucho más adelante se hablará. Sentada. Con un ramo de flores silvestres en la mano. Como recién venida del campo. Vestida de vestir. El gesto apacible, sin sonrisa. Grandes la boca y los ojos. Junto a ella y el falso escenario, de pie sobre la alfombra, la hermana menor. El pelo atrás recogido. Cuidadosamente peinado. Grandes la boca, la frente y los ojos. Tiempo después, ya madre y más delgada. Mostrando su empatía primitiva.
     Mira fijamente. Sin miedo ni curiosidad. Es rubio y mofletudo. De boca sensual y dibujada. Las ropas heredadas y el paisaje le rodean con igual pobreza. Es el único atento a lo que pasa. Canijo y orejudo. Morrudito. La boca entreabierta bajo los grandes ojos. Fue hace mucho tiempo. Con el agua a la cintura muestra un cuerpo fino y bien estructurado. Y una cierta tensión que contiene el puño izquierdo a ras del agua. Fue en Béjar, aunque el autobús tenga un letrero que indica Ciudad Rodrigo – Salamanca. Por vez primera una pierna se adelanta a la otra. El gesto se va a repetir mucho. Concentrado. Prietos los labios, el pómulo se dibuja sobre la fina piel. Con un ojo cerrado. Despeinado y fieramente apuntando. Muñoz, Fernández, Hernández, Yuste, Rubio, Alvarez, Doménech, Bueno, Macías, Casquero, Martín, Alfares, Vaquero, Estévez, López, Herrero, Guijo, Gradilla, Aparicio, García, García, Sánchez, Alvarez, Pizarro, Simón, García, Francés, Herrero, Cela, Izard, Muñoz, Peralejo, Sánchez, Santaolalla, Sánchez. Ahora con corbata. Ya un pie claramente adelantado. Y la clásica torsión inclinación de hombros y cuello. Concentrado. Prietos los labios, el pómulo se dibuja sobre la fina piel. Con un ojo cerrado. Despeinado y fieramente apuntando otra vez. Ruiz Gómez, Hernández, Hernández Rodilla. Extrañamente él con flequillo, gafas, bigote y patillas. Bajo el uniforme intenta la marcialidad. La sonrisa, la boca entreabierta, el gesto relajado, las gafas de pantalla y la separación de los pies le traicionan. El puño cerrado, ahora el derecho, la tensión contiene. La torsión-giro. La pierna adelantada. El desgaire. Y las niñas. Reflejado en oscuro. Forzando la posición por ella. El pelo acaba por rizarse y levantarse en las puntas. Y la barba, apenas crecida, dibuja la boca. Extrañamente él sobre la cama del hospital. Vuelve el cigarrillo a la comisura. A medio vestir, a medio sentar. Transistor en mano. El cigarrillo tiene una extraña luminosidad. Neón que contagia de luz la barba y el gesto. Tras el desenfoque de unas gafas redondas, utilizadas como excusa, los ojos soñadores, sueñan. Cinco consuelos de la vida. Amor. Amistad. Naturaleza. Compasión. Ciencia.

sábado, 4 de febrero de 2017

OPERACIÓN VÍDEO_30


     Acelerada por la máquina, la carrera del tiempo-es-oro, está empezando a implosionar. A sobrepasarnos. Y el siglo ya no es un siglo de hombres. Este siglo es suyo. De las máquinas. Del tiempo en unas horas todo el tiempo. Hay una frase de esas citables que dice: No hay tiempo para todo. Me gustaría hacer un poco menos, un poco mejor. Llevada a la perfección, la filosofía de la cita, nos enfrentaría a un hombre en estado de hibernación. Haría lo mínimo que se puede hacer, sobrevivir, y lo haría perfectamente.
     Novísima Inquisición de la Literatura Española. Lo político, proyección cotidiana de lo ideológico. No sé se es lo más marxista o lo más antimarxista que he leído últimamente. En cualquier caso es como si de repente se hubiesen rasgado los cielos de los politicastros apegados a los consensos y los posibilismos y hubiese aparecido, allá al fondo, una nueva noche inasequible y profunda. Llena de nuevas estrellas.
     Ellos me enseñaron. Historiar, memoriar, homenajear y criticar. Doña Ana María. Matrona por su imagen. De buena familia, supongo. Bondadosa y cursi. Maestra de los 50. Doña Bene. Nerviosa. Lista. Enamorada. De eso me aprovechaba yo y me zampaba enormes bambas de crema. ¡A costa de sus cartas de amor! -Llévale esta carta a D. Juan, ¿Te ha dado algo doña Bene?- Probablemente activista de derechas. A un paso del fascismo. Don Juan. Bruto. Física y mentalmente. Bruto corpachón, brutos el bigotazo y la voz. Bruto. Don Fabián (@) “Mono”. Amargado. ¡Clarividente Machado! Don Fabián pervivía, desde que tú le encontraras una tarde parda y fría. Don Benito. Sanguíneo y fanático. Desequilibrado. Le vi lanzar a un gamberro por la ventana. Literal. Afortunadamente la ventana estaba a medio metro del suelo. Su frase favorita: ¡Que te pico, muñeco de trapo! Mientras, amenazaba rajarte la barriga con un puntero de castaño. Uno de los mayores sustos de mi vida. Don Angel. Ex-jefe de estación. Republicano depurado. Marido de maestra. Escuela privada en casa privada. Pandilla de aspirantes a barriobajeros de ambos sexos. Y aquel decimonónico bregando en moldearnos. Mezcla de Licenciado Cabra y Mirafiori. La letra con sangre entra. Aunque sea letra corporativista y socializante. Don Eladio. Seglar entre religiosos. Atildado y atiplado. El me enseñó a leer y no a ver letras. Supe que la imaginación no era pecado malgre lui. Conocí España de la mano de dos niños fascistas, hijos de fascista y huérfanos de guerra, en un precioso libro de viajes. Conocí el refranero y los quebrados, caligrafía y Chiribín. Tuve amigos y entré en un Cuadro de Honor. Don Pedro (@) “Patachula”. Seglar también. Cojo con gracejo. Listo. Aprendí con él ortografía en verso. En verso los partidos judiciales y aprobé el ingreso al Bachiller. Amigo de los polvos de la madre Celestina y el padre Cucharón. Ilusionista. Don Agustín (@) “Guiñapeos”. Seminarista. Pobre histérico y barbilampiño. Demasiada fiebre juvenil en tus mejillas imberbes. Demasiada represión. Demasiada inseguridad. Demasiado. Don Víctor. Sacerdote. Vesánico. Punto. Don Guillermo (@) “Chespia”. Organista sin misterio. Jefe, que no director, de un mal coro. Chanchullero y plagiario. Casi cura y casi calvo. Feo de consideración. Don Julio. De gimnasia. Sin más ambajes ni más luces que el decúbito prono y el supino. Civil, vecino del pueblo. Don Celso (@) “Menea”. Viejo y vicioso. Sacerdote. Atorrante capaz de golpear con pies y manos y ensañarse, ya en el suelo, con un desvergonzado imprudente de once años. Don Julio (otro). Inteligente y frío. Sádico y (¿Hace falta decirlo?) cínico. Sacerdote. Don Aniceto. Sacerdote. Director y, por tanto, viejo.

jueves, 2 de febrero de 2017

OPERACIÓN VÍDEO_28








TERCER CAPÍTULO 


     Al tercero va el vencido. Y ya es hora, porque como quien no quiere la cosa, estás plantado al principio de otro capítulo y aún no sabemos de qué va ésto. Quien sí lo sabe es el poeta. El poeta siempre lo sabe todo. Ya lo dijo el poeta. Con lo cual no sólo lo sabe, sino que, además, lo dice. (Tal vez el párrafo tiene un aire savateriano -no le pegan ni savaterial, que suena a erial, ni savaterino, que suena a frailuno; mejor savateriano, como volteriano- y al respecto será bueno confirmar que Savater sigue de Moda) Y tú, zapatero a tus zapatos. A tus poemas, a tus momentos liricursis. A tus inventos y neologismos. Que todo buen escritor crea palabras nuevas y afirma otras ya existentes. Como casiprosa y cosas así. (Recuperar del viejo cajón de los escritos, todo el material referente al Concurso Nacional de Poesía y Narrativa Joven 73. Concurso edición 1.973. Promovido por la S.A.R. Cubierta: Emilio García Moreda. Promueve Sociedad Artística Riojana. Imprime: Gráficas Quintana. Canalejas, 4 Logroño. Dep. Leg. LO-156-1.973. Edita, Editorial Ochóa. Castroviejo, 19 Logroño. I.S.B.N. 84-300-5933-4. Miembros del jurado: Luisa Yravedra. Eduardo Gil de Muro. Mariano Casanova, Javier Pérez. ACTA. Reunidos los miembros del jurado para deliberar y emitir el fallo del “Concurso de Poesía y Narrativa Joven, 1.973”, promovido por la Sociedad Artística Riojana (SAR), y de acuerdo con las bases publicadas, resolvieron por unanimidad lo siguiente:
     A) Declarar desierta la Fase Sector Provincial, por cuanto que la calidad y el número de trabajos presentados no hace posible su inclusión en la publicación del libro como premio máximo.
     B) Incluir los cuatro trabajos siguientes dentro de la publicación del libro, sin que por ello puedan considerarse como ganadores ninguno de los cuatro:
     Para Verso:
     Trabajo presentado bajo el lema “Pequeña Poesía”: abierta la plica correspondiente resultó ser su autor Ofelia-Noemí Salgado Contini, de 25 años, residenciada en Madrid, Fernández de los Ríos, 78, 2º, y nacionalidad Argentina.
     Trabajo presentado bajo el lema “No quieras prolongar más la soga”; abierta la plica correspondiente resultó ser su autor Luís Conde Díaz, residenciado en Burgos. C/ Soria, 2 y nacionalidad Española.
     Para Prosa:
     Trabajo presentado bajo el lema “Hay sonrisas que nos ponen alegres” (prosa poética); abierta la plica correspondiente resultó ser su autor Mario Alfares, residenciado en Madrid, C/ Alcalde Martín de Alzaga, 9, y nacionalidad Española.
     Trabajo presentado bajo el lema “El vagabundo que pasó”; abierta la plica correspondiente resultó ser su autor José Miguel Romaña Arteaga, residenciado en Vizcaya (Portugalete). Av. José Antonio, 26 y nacionalidad Española. Logroño, 20 de Mayo de 1973)

miércoles, 1 de febrero de 2017

OPERACIÓN VÍDEO_27


     La polémica sobre “Teledeum”. Sin citar el espectáculo concreto, en la homilía del cardenal Narcís Jubany del pasado 15 de enero se traslucía una reflexión sobre el montaje. En este mundo nadie está a salvo del ridículo: ni los personajes más encumbrados ni las doctrinas más prestigiosas. Tampoco se libran de él las personas discretas y modestas; también ellas pueden ser objeto de mofas y burlas. La malicia sabe encontrar siempre el punto risible en las inevitables flaquezas de la expresión y del comportamiento humano. 
     Pero hay una clase de burlas que son temibles por malévolas y corrosivas. La religiosidad del Siglo de las Luces no resistió las burlas ridiculizantes del autor de Candide. La decadencia de nuestra sociedad se manifiesta, sobre todo, en el materialismo ambiental que lleva consigo el desprecio de los valores éticos, morales y espirituales. Existe una verdadera inversión: Hay quienes se esfuerzan por afirmar que la irreligiosidad y la libertad sin freno constituyen el gran contenido de una cultura progresista.
     En defensa propia. Con bastante repugnancia me pongo a escribir esta especie de alegato. Ha sido objeto de particular atención porque está escrita pensando en el espectáculo barcelonés Teledeum, aunque no sea nombrado por el arzobispo.
     Nunca la realidad alcanzó lo imaginado. Quizá por estas sorpresas, quizá porque me voy haciendo cada vez más juicioso, he desistido de competir en el teatro con la realidad. Ya lo dice el refrán italiano: Un bel morir tutta la vita onora. El seny que diriem en catalá. Voltaire, como es sabido, ejerció también la acción directa e intervino en el esclarecimiento de una serie de errores judiciales que le permitieron descubrir y denunciar fallos muy graves y claras injusticias de los tribunales franceses. Una de las personas que consiguió que fuera rehabilitada, aunque póstumamente, fue el famoso Joan Calas, negociante occitano que, debido a un error judicial y a la intolerancia religiosa, fue descuartizado vivo. Era calvinista y fue acusado en falso de haber dado muerte a su hijo para que no abrazara la religión católica. Al año siguiente de este asesinato oficial aparecía un libro de Voltaire: Traité sur la tolerance. 1.763. Entre la religiosidad del siglo de las luces, que el señor cardenal trae a colación con nostalgia, y el apóstol de la tolerancia que fue Voltaire, creo que la opción está clara. Dignidad de la persona humana. Necesidad de progreso. Ser cada día más hombre. Rearme moral de la sociedad. Ambientes sociales. Desarrollo y progreso. Amor social. Respeto a los sentimientos del pueblo. Como muestra tengo aquí a mano una ficha con una cita muy curiosa que saqué de las -abrevio el título- Constituciones Sinodales del Obispado de Calahorra y la Calzada, año 1.700, páginas 35 y 36: D. ¿Por qué se dize que esta iglesia es santa, aviendo en ella muchos hombres malos? Se dize ser santa por tres razones. La primera, porque su Cabeza que es Christo, es Santísima, assí como uno que tiene un rostro hermoso se dize ser lindo hombre, aunque tenga algún dedo torcido, o alguna mancha en el pecho, o en las espaldas. La segunda porque todos los Fieles son santos por Fé, y professión: porque tienen una Fé verdadera y Divina, y hazen professión de Sacramentos Santos, y de una ley justa, que no manda sino cosas buenas, y no prohíbe sino las malas. La tercera porque en la Iglesia ay algunos verdaderamente santos, no solamente de Fé y professión, sino también de virtud y costumbres, siendo cierto entre Judios, Turcos, y Hereges, y gente semejante, que están fuera de la Iglesia, no puede aver alguno verdaderamente Santo.
     Un Dios que no se divierte con las travesuras de sus hijos, difícilmente podría ser el padre de un hogar dichoso. En definitiva es lo que decía Cicerón: Todas las artes que miran a lo humano están ligas entre sí por eternos lazos de parentesco.

lunes, 30 de enero de 2017

OPERACIÓN VÍDEO_25


    El homicida (Ahorrémonos los caritativos y también ridículos eufemismos legalistas de la presunción) tenía nueve o diez años. A veces basta un pequeño ejercicio de fenomenología. El que sugiere, por ejemplo, el hecho de que un niño de 10 años mate a una mujer porque no quiso darle un duro.

     Albarán de Miquel Roca. Miquel Roca tiene el corazón a la izquierda, la cartera en el bolsillo interior de la derecha y en medio una larga nariz latina de una profunda sutileza para detectar pequeñas piezas o cuestiones de medio alcance. Es el rey del trato, el dueño y señor de la contrapartida. Le preguntas cualquier cosa y antes de contestar este hombre eleva las cejas hasta mitad de la frente, se las mira un rato desde abajo con ojos de mercader que está haciendo números y luego comienza a despedazar el asunto con un helado rigor de balance. Al final de la conversación aunque se haya hablado de una puesta de sol, uno queda enterado también de los costes. Este hombre nació bajo un bombardeo, pero es más frío que un pez. A mí no me importaría que me administrara el dinero.

     Guillermo Cisneros Garrido es miembro del Club Liberal de Barcelona. El liberalismo debe dejar de ser una ideología de salón para pasar a serlo de acción. El liberal está habituado a intentar arreglar el mundo. Arreglar el mundo en las tertulias, cuando lo necesario es una militancia activa, comprometida en la defensa de sus ideales.

No he pretendido, aunque a algunos les pueda parecer así, ofrecer una visión pesimista del liberalismo. Al contrario, estas líneas han sido escritas bajo el convencimiento de las grandes posibilidades que ofrece y de la imperiosa necesidad de su presencia en la sociedad. Pero para que el liberal pueda llevar a cabo su misión, debe ser, -sin abandonar, por supuesto, el terreno de la praxis- imaginativo y creador. En ello estamos.

     En medios oficiales se teme que muchos heroinómanos barceloneses estén intentando conseguir metadona como sustitutivo.

     Dale voz a la izquierda. Apoya con 5.000 Ptas. al Diario LIBERACIÓN. Envío 5.000 Ptas. para participar en la fundación del Diario Liberación mediante: talón nominativo adjunto. Giro Postal. Transferencia a la c/c n.º 30-224-C del Banco Exterior Suc. 39. Madrid. NOMBRE. DIRECCIÓN. (A vuelta de correo recibirás una certificación y el material informativo editado sobre el diario) REMITIR A: LIBERACIÓN Castelló, 32-2º izq. Madrid-1. Estamos en la recta final del proyecto, LIBERACIÓN es posible. Pero ellos no nos lo financiarán, tendrá que ser la izquierda la que dé voz a la izquierda.

     Días después el análisis forense permitió confirmar que David García había fallecido antes de ser suspendido por el cuello con una cuerda. El cuerpo no presentaba los síntomas propios del ahorcado, y, en cambio, tenía señales de haber sido golpeado y arrastrado. Desde el primer momento, determinadas circunstancias hicieron pensar a los investigadores que el joven no se había suicidado. El muchacho, que era de complexión atlética, estudiaba séptimo de EGB en un colegio de la colonia de El Viso y, según los testimonios que entonces aportaron sus profesores y compañeros, simpatizaba con la ideología falangista. David García era hijo de un conocido psiquiatra y psicólogo madrileño y vivía con su familia en un piso situado junto al parque del Retiro. El lugar donde le encontraron muerto se había convertido en el refugio favorito de muchas pandillas de adolescentes del distrito de Retiro. El macabro hallazgo fue efectuado por su hermano Enrique y un amigo que, alarmados por el retraso de David, habían salido a buscarle.

David estaba desnudo y junto a su cuerpo se encontraron las ropas, con la excepción de las prendas interiores.

domingo, 29 de enero de 2017

OPERACIÓN VÍDEO_24


Tiempo de amar, tiempo de morir (A time to love and a time to die) se rodó enteramente en decorados naturales, en Alemania y es la última película de Douglas Sirk. Esa sutileza, ese tratar al espectador como una persona adulta e inteligente -la idea de sostener los panos más de lo habitual también va en ese sentido-, tampoco la comprendieron los censores de la URSS, demasiado rígidos para entender el hecho de que Gavín muera a manos de guerrilleros soviéticos es una ironía del destino. Más curiosa es la prohibición que sobre el filme extendieron los censores israelíes, sin duda irritados ante dos protagonistas alemanes que no eran nazis, pues incluso sin rebelarse contra el régimen hitleriano, eran víctimas de él.
Esa historia del correo del zar que se libra de la ceguera gracias a las lágrimas, ha tenido varias versiones, desde la americana de los años treinta hasta la de Eripando Visconti. La protagonizada por Curd Jurguens tiene la fama de ser más espectacular, pero también la más rutinaria. Tiempo de amar, tiempo de morir se emite a las 22.50 y Miguel Strogoff a las 16.00, ambas por la primera cadena.
Los audímetros sólo medirán el número de horas que el televisor está conectado.
La televisión no razona, seduce. Algún día la crítica cultural podrá explicarnos el caso Arrabal: cómo uno de los poetas, en el sentido amplísimo de la función poética, más singulares de la literatura contemporánea, puede convertirse en un vendedor de guerra fría y en un besabanderas. Por otra parte, el señor Arrabal cometió la grosería de ignorar que Massiel había ganado un festival de la Canción de Eurovisión, con lo que demostró su poca sensibilidad ante las cosas importantes que han hecho los españoles por el mundo. Visto y Oído.
Violentos disturbios en numerosas ciudades de Marruecos por el alza de los precios alimenticios y las tasas académicas. ¿Desestabilización? “Censo de pobres”. El discurso real del 27 de diciembre pasado, en el cual el rey dijo, dirigiéndose al pueblo, que “ya no tengo cara para seguir pidiéndote la menor contribución, a ti, que no tienes ni posees nada”, y prometió que los futuros aumentos de precios no afectarían a los pobres, sino a los ricos.
En los medios populares se critica que al día siguiente de este discurso, en el cual el rey prometió la realización de un “censo de los pobres marroquíes”, para lograr que éstos no se vean afectados por las inevitables subidas que aún habrán de venir como consecuencia de la cancelación de la caja de compensación, aumentaron las gasolinas, la botella de gas butano grande, y sobre todo, pequeña, que es de gran utilización popular. Vehículos españoles, apedreados en Tetuán. Cuatro heridos han sido ingresados en un hospital de Melilla. Las mismas fuentes afirman que la auténtica matanza se produjo, al parecer, al disparar desde un helicóptero sobre un gran grupo de manifestantes.
Levitt. Líder mundial en viviendas unifamiliares. Comunica. Que ha iniciado la admisión de reservas para la primera fase de Levitt Park 2 en La Moraleja. Oficina de Información y Zona Modelo en Levitt Park, Camino Ancho, 70. La Moraleja. Teléfono 650 15 03.
El obispo de Bluefields, Salvador Sclaefer, regresó a Nicaragua procedente de Costa Rica, tras haber acompañado a más de 1.000 indios miskitos hasta Honduras.
El asno de Buridán. Garantías para el inseguro. Al filo del Año Nuevo murió apuñalada en Barcelona una chica que se negó a darle un duro a su verdugo.

sábado, 28 de enero de 2017

OPERACIÓN VÍDEO_23


El premio Hispania de Literatura, que tan merecidamente le ha sido otorgado al poeta y escritor Antonio Mora, pretende ser el broche de oro con que la cultura de nuestro país rinde obligado homenaje … Semana. Premio Hispania. Antonio Mora. Mora. Antonio Mora premio Hispania de Literatura. Pueblo. Antonio Mora premio Hispania de. El País. Mora premio Hispania de Literatura. Diario 16. El Hispania para Antonio Mora … Catedrático de Derecho Político y firmemente vinculado al mundo universitario occidental, Antonio Mora es nuestra más lúcida pluma y nuestro más preclaro … ¡Hola guapita! ¿Está tu mamá? Si, pase. Tendrá que esperar un poco, mi mamá está hablando por teléfono. Lo sé. Dile que es urgente, que es por un asunto relacionado con tu abuelito … Conocido en todo el mundo por obras tan magistrales como “Los locos del alba”, “La cabeza del cazador” y “El jardín sin fondo”, el escritor Antonio Mora ha sido galardonado con el más importante premio de nuestras letras … Perdone que le haya hecho esperar, es que cuando cojo el teléfono … ¿Qué es lo que ha hecho esta vez mi padre? Ha dejado que se le saliese la bañera y me ha llenado la casa de goteras. Siento tener que molestarla, pero tengo el techo y las paredes chorreando agua y … ¡Oiga, ahora que me fijo …! ¿Verdad que usted ha salido hoy por la televisión? Si, señora. Pues … como le decía, tengo la casa anegada … Si usted fuera tan amable de acercarse un momento a ver cómo … ¡Uy! Ahora me es del todo imposible. Precisamente estoy esperando a unas amistades que no tardarán en llegar. Pero yo le prometo a usted que mañana sin falta … El famoso escritor Antonio Mora ha obtenido el premio Hispania de Literatura en su modalidad de novela … Supo compaginar su trabajo de escritor y sus tareas de académico con la enseñanza del Derecho Político, la Filología, el Periodismo o la Sociología … habiendo sido también profesor de Literatura Española en las universidades de Boston, Filadelfia, Princeton, Nueva York y Chicago. Este premio, el más importante en las letras de nuestro país … Fin.
Este brazo siempre te echará una mano. Hazte socio de Cruz Roja. Vamos a ver, ¿Qué más da si de noche se pinta el morro y coge el bolso? Lo que cuenta de un general es que sea un buen general y no que se afeite con hacha.
Segundo premio cinematográfico. Candi 1984. Si te gusta el cine y te atreves a escribir un guión para un corto PARTICIPA EN EL CANDI. Hay un premio de 400.000 pesetas y dos accésits de 50.000. El plazo acaba el 15 de febrero y el concurso se falla el 15 de marzo. Envía tu guión o pide las bases a Grupo Candi. C/ Príncipe de Vergara, 76. Madrid-6.
El Cinco Naciones llega hoy a su centenario. El resto del calendario del torneo será: 4 de febrero. Irlanda-Gales y Escocia-Inglaterra. 18 de febrero Gales-Inglaterra y Francia-Irlanda. 3 de marzo: Irlanda-Escocia y Francia-Inglaterra. 17 de marzo: Escocia-Francia e Inglaterra-Gales.
Ha sido un rally terrorífico. Rahier (BMW) y Metge (Porsche) ganan el París-Dakar. En la primera etapa de Guinea, por ejemplo, la que disputamos el día 15, nos jugamos la vida cada minuto. El trazado discurría por lugares por los que no había transitado un coche nunca. Éramos los primeros que pasábamos por allí. Tuvimos que hacer promedios de 25 kms/h., y los camiones debieron cambiar sus rutas, porque no podían pasar por los acantilados, barrancos y pistas que utilizábamos los demás. Hemos tenido mucha suerte, sobre todo, porque el coche lo ha resistido todo y porque los tres teníamos alguna experiencia en este tipo de prueba. El pasado miércoles, en la etapa de Tamba Counda a Saly Porudal, Thierry Sabine, el organizador nos concedió tan sólo tres horas para recorrer 150 kilómetros infernales. Si superábamos ese tiempo, penalizábamos con 15 horas de más. Estábamos cerca de Dakar y, como muchos otros participantes, tan sólo pensábamos en concluir la prueba. Corrimos con cuidado y llegamos a la meta en tres horas y 15 minutos. Sabine, por supuesto, nos penalizó con 15 horas. Una hora por cada minuto de retraso.

viernes, 27 de enero de 2017

OPERACIÓN VÍDEO_22


La movida madrileña -con sus músicos, sus artistas, sus poetas, sus pintores, su basca enrollada con todos sus nuevos valores- es una auténtica revolución cultural.
Balada del fin de semana en Madrid. Historias de mi calle. LPO. La Gotera.- 83. … Le ha valido al escritor Antonio Mora el premio Hispania de Literatura en su vertiente de narrativa. Este premio, el más importante de las letras nacionales … supo compaginar su tarea de escritor con la enseñanza del derecho, la filología, la filosofía, el periodismo o la sociología, habiendo sido también profesor de literatura española en la universidad de … ¿Quién es? Perdone que le moleste … Soy Antonio, el vecino de abajo … ¿Puede abrir un momento? ¿Qué es lo que quiere? Esto … Mire … Tengo la casa inundada de agua … usted debe haberse dejado abierto, sin querer, algún grifo del cuarto de baño y … Espere un momento que voy a mirar … Había sido nombrado muy recientemente académico de la Real Academia de la Lengua. El novelista, ensayista y pensador Antonio Mora, nació en … Si, era la bañera que se había desbordado. Ya he cerrado el grifo. Oiga … Pero … ¿No quiere usted bajar un momento a mi casa a echar un ojo … a ver cómo se me han puesto de agua las paredes y el techo? No. Adiós. … Autor de más de cincuenta obras, Antonio Mora ha cosechado con éxito todos los géneros literarios, siendo por la importancia y calidad de sus libros el escritor más … El escritor Antonio Mora, con su obra “Vivir de pie” ha obtenido el premio Hispania de Literatura en su modalidad de novela … Apenas iniciados los estudios universitarios, a los dieciocho años, Antonio Mora publicó su primera novela “Recuerdos de un hombre olvidado” que logra gran resonancia entre la crítica …
Oiga, portero … Dígame, Don Antonio. Tengo la casa que parece un estanque, toda inundada; techos, paredes, suelos … el baño del vecino de arriba se ha desbordado y me cae el agua por todas partes. ¡Qué barbaridad, Don Antonio! ¿Por qué no me ha telefoneado usted? Si que le he telefoneado, llevo una hora haciéndolo, pero usted no contesta al teléfono. ¡Cierto! ¡Qué tonto soy! Es que lo he desconectado. Cuando me pongo a escuchar la radio desconecto el teléfono para que no anden molestándome. ¡Qué astuto! Así que tiene usted goteras, Don Antonio … ¡Uf! Se le estará quedando la casa hecha un asco! Yo, una vez también tuve goteras, por culpa de una vecina que … He intentado hablar con el señor que vive en el piso de encima, pero ni siquiera ha querido abrirme la puerta. Es un señor muy raro; no abre nunca a nadie, ni siquiera a mi. ¡Y eso que soy el portero! Usted Don Antonio con quien tiene que hablar es con la hija de ese señor. Ella es la única persona a quien él hace caso. Viene por aquí de vez en cuando y me tiene dicho: “Si mi padre hace alguna pifia, usted me da un telefonazo”. Tenga, aquí tiene el número … Su novela “El amanecer de los perros”, señala, según los biógrafos de Antonio Mora, la consagración de uno de los más firmes valores de las letras nacionales de este siglo … La elegancia estilística, la precisión y profundidad de pensamiento que transmiten las obras de Antonio Mora le abrieron las puertas de las más prestigiosas universidades de Europa y América, donde … Está comunicando. Pues tendrá usted que ir a su casa. Esa señora cuando coge el teléfono se tira hablando dos horas. Vive en esta misma calle, cuatro manzanas más arriba, en el 86.

jueves, 26 de enero de 2017

OPERACIÓN VÍDEO_21


Si los demás no se comen el tarro, es problema suyo. Que no entren en el bosque de la noche. Desde el principio supe que no había salida. Que no usen mi torpe biografía para juzgarme. La literatura no es un modo de vida. “La no-vida es un estado de disolución / del yo en vida, causa de la escritura y a la vez su resultado”, decía ya en Teoría. Por lo demás, me agrada el que tanto vitalmente como por escrito haya cumplido la profecía. Si yo no fuera yo, tampoco Dios habría sido.
Es posible que con ese final de punto en cursiva, la cosa haya quedado un tanto dura. Pero la realidad ha venido y nadie sabe como ha sido. Se te ha metido dentro por los ojos y has sido, estás siendo, lo que lees. Piénsatelo bien lector, que estás siendo yo y el Panero y todos los que vienen detrás. El sábado da mucho de si. Pero sigue adelante que lo que te espera no es menos ilustrativo. La vida es un manojo de hojas. ¿Suena bien, verdad? En realidad es poca cosa. Sólo un manojo de hojas. Que contienen, eso si, todos los datos. He querido ser magnánimo. Incluir la mayor cantidad de información posible. La novela como proceso de comunicación. Y si consigues formar algo, sea lo que sea, con los signos que recibes, estarás viviendo en otra realidad. La vida de un día cualquiera, un sábado cualquiera para ser exactos, vivida por un hombre cualquiera. Aquí no se niega a nadie. Y somos los que están y los que no están. Cada actor interpreta a multitud de personajes y ya sabemos que la soledad está poblada de fantasmas.
Durante años, Laurence Olivier ha estado aplazando el día en que escribiría ese libro pavoroso. Finalmente lo ha hecho y no debe haber sido un trabajo agradable sino la búsqueda de algún tipo de redención.
La expiación de sus pecados, reales o imaginarios, es el sustrato de su libro.
Con aguda franqueza y astucia ambigua, balanceándose voluptuosamente entre el autoelogio y el autodesprecio, con talento, sencillamente, ha trazado un espléndido retrato de actor, y el retrato de un actor espléndido.
Aplausos merecidos para la orquesta.
Sin tan aguda penetración, la Orquesta de Radio Televisión Española sirvió la página con empeño y claridad suficiente. La Fantasía lució en sus méritos principales y obtuvo del público, un tanto indiferente, de los jueves, una positiva acogida.
Cuando Cristobal Halfter salió a saludar, por segunda vez, hizo ponerse en pie a toda la orquesta. El día 10 de Febrero. Del abono. El Concierto Emperador.
Febrero, 9 y 10. F. Cano: Dionisíaco. L. van Beethoven: Concierto n.º 5 en Mi bemos mayor, Op. 73, “Emperador”, para piano y orquesta. Solista; José Francisco Alonso. R. Strauss: Suite de “El Caballero de la Rosa” Director: Odón Alonso. Teatro Real. Madrid.
Ya salió Madriz. Pisando fuerte. Yoni. Madriz es mucho Madrid. En esta ciudad pasan cosas muy fuertes. Ha surgido una cultura urbana con una vitalidad, una fuerza y unas peculiaridades que se dan en pocos lugares del mundo. Con la llegada de la libertad, la imaginación se ha desbordado y ha nacido un estilo de convivencia libre, generosa y abierta.

miércoles, 25 de enero de 2017

OPERACIÓN VÍDEO_20


Esto es, su calidad. Lo que sé de los modernos me dice exactamente lo mismo. La única modernidad que nunca pasará de moda es la del suicidio -no por nada Jacques Rigault decía que le consolaba “lo infinitamente moderno que él era”- o la locura. Mi caligrafía tiembla al escribir ésto: es, sin duda, posmoderna. Mi conciencia parece un dragón. Creo que en definitiva, lo que cuenta es saber hacer bien lo que se pretende hacer, sean cualquiera su estructura o sus pretextos ideológicos. Y eso no se aprende en escuela alguna. Eliott era católico, Pound, fascista. La enorme tragedia del sueño sobre las espaldas del campesino. Que los gusanos devoren al novillo muerto. Frente a mí, un niño autista ríe al oir los ruidos de la cocina. Su sordidez secreta. Un hombre ya maduro, instalado en una silla de ruedas, golpea sin cesar su cabeza con la mano. Otro lleva la cruz de hierro sobre el pijama. Todos se ríen de nosotros. En las paredes hay nombres de dioses muertos: Varem, Icso, Yahvé, seguidos de una cruz a manera de breve y modesto epitafio. Mañana morirá otro loco. Las paredes absorberán el hedor de la tinta. Después de Lacan, ¿qué? ¿La tasa social sobre el fracaso? ¿El triunfo de Eduardo Haro Ibars, contento como un niño con zapatos nuevos por haber entrado en el “parnasillo literario circense”? ¿O el de Alberto Cardín, que, si no he leído mal su vasta obra dedicada a la erradicación de la tierra de Fernando Savater, tiene como singular paraíso artificial el comer muchas pastas? Sin duda, como decía Edwin Lemert en “La maggioranza deviante”, el paranoico tiene realmente perseguidores. En la televisión un niño gordezuelo, parecido al que imagino en mi guión sobre “La extraña historia del doctor Jekill y Mr. Hyde", canta el de la mochila azul: “El de la mochila azul / me dejó gran inquietud”.
Sentado en el suelo, con la cabeza entre las manos, cedo al acoso del recuerdo. Luego me levanto, aderezo los órganos del muñeco, me dirijo finalmente al estanque de los patos, los contemplo chillar y pelearse entre sí. En cambio, ellos no me miran. Vuelta al pabellón: otro loco mastica su bata. Se les dice, injustamente enfermos. No, la locura es una reacción normal ante determinadas situaciones de jaque mate social o microsocial. Cualquier individuo reaccionaría de la misma manera ante parecidos estímulos. Y esto no es Lacan, sino Giovanni Jervis. Pienso en irme con él a Italia e intentar trabajar en este campo tan cercano a la poesía. Es una idea. Tengo conceptos muy claros acerca de la locura. Entiendo a todos los enfermos de por aquí, incluso a los más graves. Todo hombre es en sí un continente, no una isla. El deseo del hombre es deseo del otro. Por ello, cuando alguien cae, caemos todos con él. Por ello ninguna tragedia es concebible en solitario, llovida del cielo. Es más, la soledad es imposible: está plagada de fantasmas. Y viceversa, de mi tragedia, tu oscuridad emana. No eres un hombre, estás marcado por la oscuridad. Por no haberte arriesgado a perder el sentido, he aquí que careces de él. Lo dijo Derrida: “Todo poema corre el riesgo de carecer de sentido, y no sería nada sin ese riesgo”. La literatura no es nada si no es peligrosa. Lo mismo que se arriesga el psicoanalista a depositar como un óbolo su razón en lo inconsciente, la literatura, que es la misma búsqueda, no debe protegerse. Si hay fallos en mi obra -particularmente lo reconozco a propósito de “El que no ve”-, tengo, sin embargo, la satisfacción de haber siempre considerado la literatura como un en-sí indiferente a su inscripción social -”el vicio radical estriba en la transmisión del discurso”-; es decir, en definitiva, como algo serio.

martes, 24 de enero de 2017

OPERACIÓN VÍDEO_19






SEGUNDO CAPÍTULO


Hoy estoy triste. No puedo despegar de mi la realidad. Empiezo a entender que la verdadera novela se escribe de espaldas a la realidad. Y yo, hoy, no consigo apartarla de mí. Es algo que, al loco, le pasa desde siempre. El loco es pacífico, pero hay días en los que le es difícil apartarse de la realidad. Alguno de esos días, el loco encuentra soluciones improbables, como pensar en Borges o irse a dormir. Otros días escapa de la casa hacia algún perdido rincón de alguna parte. El loco huye también por la tristeza. Siente un extraño placer en estar triste. El placer del niño que se finge enfermo para no ir al colegio. El loco niega la realidad, la miente y se queda en sí mismo, dulcemente enfermo de tristeza. Así es como no se escribe una novela. Y el segundo capítulo es más difícil que el primero. Pero el loco volverá. Cuando se le pase la tristeza. Baste dejar constancia de que estuvo aquí.
Es difícil para los demás entrar en la mente del loco. Pero para él también es difícil salir. Lo que si está claro es que el loco siempre vuelve. Le tiene querencia a estas cosas y siempre vuelve para hacer de las suyas; así que, querido lector, nunca sabrás el verdadero propósito de éstas líneas, a menos que seas capaz de entrar en la cabeza del loco. Se trata tan sólo de acabar el folio, para dar entrada a la realidad que está asomándose a los ojos. Cuando es imposible escapar de la realidad, lo mejor es agarrarse a ella. Tal como es; tal como nos viene.
Puestos en ello, no será malo tomarla en pequeños sorbos y a grandes tragos. Sin dirigismos previos. Aquí no cabe el discurso lógico. Ni el metalenguaje sobre ninguna pretendida novela. Sólo recibir lo que se nos da en sábado. No se trata de escribir el sábado. Es ser el sábado de lo que se trata. Vuelta al principio y huida hacia adelante. ¿Qué otra cosa se puede hacer? También lo ininteligible es necesario. Y en cuanto a la locura, ahí va lo siguiente: El autor hace una reflexión sobre la mala conciencia de quien se sabe mal escritor y arremete contra el concepto del posmodenismo y los que se sienten ridículamente seguros por haber conseguido entrar en el “parnasillo literario circense” español y no saben nada de la muerte. Cabe aplicar a la literatura la crítica sartreana del psicoanálisis: no se trata de represión o de corte epistemológico, sino de mala fe. El mal escritor sabe, de alguna manera, que lo es, y tiene por ello una indudable mala conciencia. Perseguido por su sombra, ve como una amenaza para él un tipo de autores que, como Poe, sabían demasiado bien lo que era escribir. Dicen que Poe, en una sola noche, hizo 40 críticas de las obras de todos sus contemporáneos: a ellos se los llevó el viento y no queda más que un nombre, el de Poe. A los de aquí se los llevará, sin duda, también el viento, como al sombrero de Escarlata O’Hara, pero mientras tanto, ellos permanecen como algo incómodo. Se sienten ridículamente seguros por haber conseguido entrar, a base de adulaciones, en el “parnasillo literario circense” español, y no saben nada de la muerte. Sin embargo parece como si los que hoy atacan pertenecieran al dominio más hard-boiled de la literatura española: Eduardo Haro Ibars y Alberto Cardín. No sé si son, como se dice, posmodernos. Lo que sé de los posmodernos me dice bien poco a favor de esta palabra.

lunes, 23 de enero de 2017

OPERACIÓN VÍDEO_18


Y cuando ya, cansado de aquel sol, de la cara curiosa y asustadiza de las viejas, y de las persecuciones de los chavales, veía que aún quedaban muchas octavillas por repartir, los arbustos junto al camino, los barrancos, la corriente del río y hasta los estercoleros, aparecían nevados de aquellas hojas de tonos pastel, verdes, azules, rosas, cremas y blancos. Luego iba en busca de mi tío y abandonábamos el pueblo para comenzar otra vez en el de al lado. Lo primero era localizar al “buzón”. Normalmente mi tío ya tenía alguna referencia: el apoderado del banco, el sastre si lo había, la tienda de tejidos, de ultramarinos o de zapatos, el veterinario, el cartero o el dueño del único bar del pueblo. Secretarios de ayuntamiento, maestros, dueños de cines o teatros, carniceros, todo valía siempre que aceptasen la propuesta y quisieran ganar unos duros. Mi tío, alto, saludable y vocinglero, hablaba, gesticulaba, enseñaba y convencía. Yo, mientras, recorría el pueblo de cabo a rabo sembrándolo de octavillas. Creo que es imposible traspasar al papel la cantidad y la intensidad de las emociones que experimenté entonces. Haz un esfuerzo, querido lector. Al fin y al cabo, tú también has sido niño alguna vez. ¿Recuerdas haber sentido el viento en la cara, el sol en lo alto y la carretera que huye? Seguro. Y recuerdas también el cansancio de las piernas en su postura obligada. Y la quemadura del carenado de la moto en las pantorrillas. Recuerdas las curvas y las recomendaciones de tu tío: no te muevas nunca, inclínate cuando yo me incline y para el mismo lado. Y sobre todo, no te sueltes nunca de mí. Recuerdas también los atardeceres sangrientos, con el viento cada vez más fresco, que hace que tirites sin querer. Los ojos llorosos, la garganta reseca, las manos, los pies, las piernas y los brazos ateridos, allí pegado a las espaldas de tu tío, con el alma llena de burbujas de champán y esperando a que de nuevo amanezca y todo vuelva a comenzar.
Recuerdas también los pueblos muertos a media tarde. El sol injusto de las cuatro mientras tu tío espera sentado en el bar a la sombra de un emparrado. Y las mañanas tiernas, cuando las mujeres barren y friegan el portal, cuando riegan la acera y esparcen el agua del cubo sobre el polvo del centro de la calle. Recuerdas los viejos sentados al sol sin ninguna curiosidad por esos papeles de colores que tu regalas generosamente. Las sonrisas obsequiosas de los “buzones”, las persecuciones inmisericordes de los otros niños, sobre todo si eran más altos y fuertes que tú, las llamadas pícaras de las niñas que gritaban: aquí, aquí, y se escondían en el portal esperando que tu llegases con la carga multicolor. Recuerdas el vino de pitarra de las comidas, los huevos fritos con tomate o pisto, el queso de cabra metido en aceite, el jamón curado casero, el lomo de jabalí conservado en manteca y las deliciosas sandías frescas del postre. Todo eso lo recuerdas tan bien como yo. Nuestros primeros encuentros con la publicidad y el mercadeo dejaron muescas profundas en las tiernas almas infantiles.

domingo, 22 de enero de 2017

OPERACIÓN VÍDEO_17


Tanto es así que de toda la música que escuché en la tienda de mi tío, sólo recuerdo un fragmento de zarzuela: “Hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad”. (averiguar de qué zarzuela es el fragmento) Mi presencia en la tienda respondía a la del mirón, sobrino del dueño y chico de los recados, todo en uno, pero allí aprendí a a velar mis primeras armas en el contacto con lo que por entonces era el público y hoy, todo el mundo, llama el mercado. Allí olí a ozonopino y escuché zarzuela. Allí entraban las mujeres, miraban, pedían, tocaban, se probaban, preguntaban y compraban o se iban. Allí se recibía, se atendía, se mostraba, se servía, se elogiaba y se vendía o se despedía. También entraban hombres, muchos de ellos de los pueblos de la comarca, con encargos de vecinos que no habían podido desplazarse. Tratando de recomponer mis primeros encuentros de tercera fase con la publicidad y la mercadotécnia, llego a la conclusión de que fue el dato de los encargos de los vecinos que no podían desplazarse, el que dio a alguien la pista para poner en marcha una operación comercial de la que yo iba a salir marcado. Fue un verano radiante. Explosivo. De calor, de acción, de experiencias, paisajes y personajes nuevos. La operación era simple: bastaba recorrer todos los pueblos dentro de la zona de influencia comercial y nombrar en cada uno de ellos un “buzón”. Alguien a quien se dejaba un sencillo muestrario, que recibía los pedidos y los hacía llegar por correo hasta “El Arca Pañera”, que así se llamaba la tienda de mi tío, porque ya se sabe que el buen paño en el arca se vende. En la trastienda del Arca, se recibía el pedido, se seleccionaba la pieza, se medía, se cortaba y se empaquetaba cuidadosamente. Se ataba, se lacraba con precisión y luego se le unía una doble cartulina rosa y perforada del servicio de Correos, con la que se enviaba contra reembolso.
Cada día se enviaban decenas de paquetes: apilados con su envoltura prieta, la cuerda fina, el lacre seco y entero, los sellos adornando en filas multicolores y las dobles cartulinas rosa ondeando. Claro que todo eso fue después cuando el plan se llevó a cabo y comenzó a dar frutos. Primero hubo que realizarlo. Recorrer uno por uno más de doscientos pueblos. Alguien me dijo una vez que la provincia a la que pertenece el apartado rincón del mundo en el que estaba el Arca Pañera, esa provincia es la que tiene más municipios de todo el país. Nunca he confirmado el dato, pero me lo creo. Yo recorrí más de doscientos. Incluyendo caseríos apartados, alquerías y ventorros. Fue un verano brutal. (aunque parezca que ya se ha dicho, no es cierto. Y además vuelve a traer al lector, a traerte lector, al plato fuerte de la historia: aquel glorioso verano.) Días de moto y rosas. Días de pleno sol y plena vida que comenzaban temprano, cuando la vespa de mi tío se paraba frente a la tienda, donde yo le esperaba. A partir de ahí, cada día una excursión, una ruta, un itinerario nuevo que incluía pueblos grandes y pequeños. Pueblos recién regados que olían a sol y a tierra. Pueblos polvorientos o semiabandonados que no olían a nada. Pueblos con chavales de mi edad que corrían tras de mí en busca de las octavillas de colores que repartía. Pueblos del valle, de las colinas y de la llanura. Pueblos. Y octavillas. Resmas de hojas de colores en las que se explicaban, con precios y ejemplos, las ventajas del Arca Pañera. Octavillas que yo repartía de un extremo a otro de cada pueblo. Casa por casa, puerta por puerta, aunque la puerta fuera de un establo o un granero. Hasta en la puerta de la iglesia dejaba algunas octavillas.

sábado, 21 de enero de 2017

OPERACIÓN VÍDEO_16


Boquiabiertos, admirados, patidifusos quedaban los afortunados a quienes comunicábais vuestro esotérico saber. Y volvíais a cabalgar sobre un tiro de caballos blancos, alados, sin saber que se llamaban Pegaso. (¡qué empalagosa puede llegar a ser la segunda del plural en pasado!) Es el pasado de otros. Vuestro pasado. Conviene cambiar de voz. Conviene también saber si se cuenta el resto del suceso, porque en cuanto a encuentro con la publicidad ya está narrado: pero queda por saber el encuentro con el dinero y sus repercusiones futuras. Claro que si se cuenta se corre el riesgo de ridiculizar a alguno de los protagonistas. Resulta que cuando el héroe del banderín llega a su casa, harto de andar, harto de banderín y harto de helados, la mísera familia a la que pertenece le exige la entrega imposible del dinero recibido y gastado. A partir de aquí puedes hacer tú mismo las consideraciones: valor y disponibilidad del dinero. Responsabilidades que se contraen cuando se consigue. Familia y propiedad. El yo y los demás. Frustración, castración y reafirmación autodefensiva. La madalena de Proust. El banderín de EGYCSA. El mundo y el dinero. Todo esto conviene saber si se incluye o no se incluye. Una buena solución sería convertirlo en párrafo opcional, con un encabezamiento en negritas que diga: “no lo lea si no quiere”. Algo así como un modelo cortazariano para armar que daría modernidad a la novela. Seguro que es una cuestión en la que el editor puede aportar mucho. Sobre todo experiencias negativas. El sabe, como Popper, que el conocimiento es un camino hecho de errores.
Yo encontré pronto la publicidad, ya queda dicho. O ella me encontró a mi, vaya usted a saber. El segundo encuentro surgió unos dos años después, cuando yo seguía siendo un niño. Apareció también, aunque no me di cuenta de ello hasta muchos años más tarde, el márquetin. (a propósito de la grafía correcta, hay artículos, menciones y opiniones para todos los gustos en todas la publicaciones que alguna vez en su temario hayan tropezado con el marketing. Digamos con la mercadotecnia.) Mi tío, P.B. era grande y fuerte. Joven, jovial, gritador. Lustroso, bien peinado y siempre bien vestido. Con un enorme bigote rubio de guías inglesas. Buen comedor y buen bebedor tenía un negocio de tejidos. Había instalado, con otro socio, un almacén de venta de tejidos en una ciudad llena de fábricas y tiendas de tejidos. Era una tienda moderna, en plena calle del mercado de abastos, por donde pasaban cada día y especialmente los jueves, que venían también de los pueblos de alrededor, cientos de mujeres. La tienda olía a ozonopino y estaba, siempre, brillante y pulida. En las estanterías y los escaparates había tejidos de todas clases, pero sobre todo tejidos de lana y cheviot, estambre y tergales que por entonces, hacían furor. Había una trastienda alargada, con una de esas inmensas mesas que se usan para medir y cortar las piezas cuando salen del telar, donde trabajaban dos o tres empleados. También, y eso si que era una novedad, había música. Yo era bastante niño por entonces, ya he dicho. Lo traigo ahora a colación porque nunca supe de dónde salía la música. Ni siquiera me interesó saber cuál era la fuente de la que brotaba tamaña maravilla. Entiéndaseme bien, no es que yo no hubiese escuchado nunca una radio, que casi todos nuestros vecinos tenía y que yo escuchaba en casa de mi tía; no, lo que ocurría es que yo no acababa de encajar la música en una tienda. No era lo suyo y esa transgresión de la norma me maravillaba.